Abdominoplastia de 85 a 145 mil pesos. Aumento de mamas con prótesis, de 90 a 115 mil pesos. Aumento de glúteos, entre 60 y 95 mil pesos. Bichectomía, extracción de las bolsas de Bichat para afinar la cara, de 9 mil a 15 mil pesos. Aumento de mamas con tu propia grasa, unos 70 mil pesos. Inyección de ácido hialurónico en los labios, 5 mil pesos y dura 12 meses. Más las consultas con el cirujano, de a mil 500. Son precios de los más modestos, aunque nada es modesto en el imperio buchón. Ni siquiera las clínicas clandestinas que se anuncian como Spas ante las autoridades. En 2023 fueron clausuradas más de 35 en todo el estado. Pero no nos desviemos. Le siguen los analgésicos, antibióticos, antiinflamatorios y anticoagulantes recetados post intervención. Más la faja post quirúrgica y drenaje linfático para acelerar la recuperación. Los tiempos de recuperación son dolorosos y varían según el procedimiento, de dos y hasta 5 semanas. Puedes hospedarte en una de las casas de recuperación que existen en la capital y tendrás mejor atención que en un hotel. Maquillaje pesado, pestaña postiza, pelo que toque o pase la cintura, extensiones de ser necesarias, y ropa de marcas de lujo, sumamente ajustada con logos visibles. Ya las conocemos, son las reinas. De Culiacán para el mundo, aquel que sigue con curiosidad o ingenuidad a Emma Coronel. Son las mujeres del narco o las mujeres que aspiran a conquistar a un narco. Acá el dinero es lo que cuenta. En la capital sinaloense se califica a la gente, primero que ninguna otra cualidad, por su billetera. Lo dicen ellos, y bajo la violencia que hoy se vive, admiten, atemorizados, que ha sido un grave error. “Pero nadie se quejaba cuando las agencias del Boulevard Pedro Infante eran las que más coches de lujo vendían de todo el país”, dice una ciudadana que prefiere ocultar su identidad. También dicen, y tienen razón, que se come bien. Dicen que son el granero de México. Y también tienen razón. Datos del INEGI confirman que la agricultura representa más del 25% del PIB. Tierras fértiles, clima favorable y desarrollada infraestructura de riego. Lo que pasa es que ahora no hay agua. Desde mediados del 2024, la Universidad Autónoma de Sinaloa lanzó una declaratoria de inicio de emergencia por sequía.

Sin agua y bajo la guerra que se desató el 9 de septiembre entre las facciones de uno de los grupos delincuenciales más poderosos del mundo -los chapitos y la mayiza—, Culiacán es tierra caliente, sin duda. Muertos y desaparecidos se cuentan varios cientos. Los músicos de las bandas que tocaban en los bares se quedaron sin trabajo desde el “toque de queda” que se autoimpuso la ciudadanía. Los locales cierran a las 6 de la tarde, quizás alguno se extienda una hora más. Apenas me encuentro con una quinceañera en su vestido de mil holanes. La fiesta empieza temprano para que acabe temprano. Dí que hay fiesta. Se cancelaron bodas y graduaciones durante los meses pasados.

Culiacán se ha ido vaciando, no solo de músicos, sino de los narcos de la más alta jerarquía, sino de los ricos. Que a veces son los mismos, los ricos y los narcos. Y desde fuera y desde dentro, cada vez se distinguen menos. Los buchones no solo están entre los culichis sin historial delictivo, sino que se han mezclado con ellos. Tampoco a muchas otras familias les ha preocupado casarse con fortunas de extraña procedencia. Y así, la moda buchona no se quedó exclusiva del crimen organizado, sino que permeó a los estándares de belleza generales que significan riqueza que no da explicaciones, y solo hace alardes faraónicos. Están como funcionarias, como empresarias, como empleadas en alguna empresa, con alguna o varias cirugías, pero siempre con pestañas postizas y labios carmín. Con delito o sin él, pero siempre con el carmín. Y, además, el empoderamiento buchón no se quedó solo como resultado de la aspiración femenina, sino que se inyectó a las ganas de los jóvenes, a través de la música, de la compra ostentosa, de la pose desafiante.

¿Y cómo es que marchan para exigir paz? “Porque a nosotros nos gusta la paz, a nosotros no nos gusta la violencia, no somos violentos”, me dice otra mujer con lágrimas en los ojos, en una de las protestas en las que buscan la destitución de Rubén Rocha. Dos de sus hijos están desaparecidos desde hace cuatro meses. La debacle del empoderamiento buchón o la confusión ante el terror.

@lauramanzo

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