El que anda en plan de Nostradamus en Zacatecas, nos platican, es el magistrado Arturo Nahle García, pues en su faceta de analista político en radio anda soltando predicciones. Nos detallan que don Arturo vaticinó que Morena sufrirá una fractura para las próximas elecciones y que el senador Saúl Monreal Ávila (Morena) será candidato a la gubernatura, pero no por su partido donde enfrenta el veto de la dirigencia nacional y de la Presidencia, sino que será postulado por el PVEM o por el PT, y “ya encarrerado”, adelantó que cuando termine su encargo de magistrado en septiembre próximo definirá cómo le va a entrar a la política zacatecana, sin aclarar si lo hará con la oposición o se irá por “la grande”. ¿Qué tramará don Arturo?
¿Cambio de proyecto insignia?
Nos comentan que la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia (Morena), “sacó de onda a más de uno” porque de buenas a primeras insiste en construir un nuevo centro estatal de convenciones en Cuernavaca, a pesar de que hay uno en el municipio de Xochitepec, con apenas 19 años de servicio. En contraste, nos señalan, dejó de hablar de su proyecto insignia: el circuito metropolitano en la zona norte del estado que conectaría a todos los municipios de esa región con el centro morelense, el cual recibiría el apoyo presupuestal del gobierno federal o ¿será que le dieron largas para llevarlo a cabo y le da pena decirlo?
Perro “le marca territorio” a alcalde
Al que “ya no le falta nada” en Tamaulipas, nos cuentan, es al alcalde de Ciudad Madero, Erasmo González Robledo (Morena). Nos relatan que hace unos días, don Erasmo ponía su mayor esfuerzo en su discurso, durante una obra de pavimentación en la colonia Heriberto Kehoe, cuando un perro callejero “le robó el show”, pues se atravesó frente a todos y se detuvo a un costado del atril donde estaba el edil para “marcar su territorio”, ante el disimulo de los funcionarios e invitados presentes que sólo aguantaron estoicamente la risa, aunque después varios comentaron que a don Erasmo le quedó cumplido eso de que “nomás falta que lo orine un perro”. ¡Auch!