A unos cuantos días de que concluya el mandato del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez (Morena), nos platican que más de un funcionario anda con la cola entre las patas y tronándose los dedos por las auditorías que se vienen. Nos indican que en los pasillos corre la versión de que la gobernadora electa, Rocío Nahle García (Morena), dio la instrucción de revisar “con lupa” y no dejar pasar nada turbio durante los trabajos de entrega-recepción y, de ser cierta la orden, docenas de morenistas “pasarán las de Caín” durante mucho tiempo, por lo que varios recomiendan a los que se van “poner sus barbas a remojar”. ¡Auch!
Poca simpatía a manifestaciones
El que mostró poca empatía ante las protestas en Hidalgo, nos cuentan, es el alcalde de Tula de Allende, Cristhian Evanivaldo Martínez Reséndiz (Morena), pues días antes de conmemorar “la eliminación de la violencia contra las mujeres y niñas”, invitó a la población a participar, pero en un “decálogo de conducta” exigió que se debe participar sin alzar la voz, ni alterar el orden público, “agruparse, de manera pacífica en ausencia de cualquier acción, y o hecho ilícito” y para confirmar que nada saliera de control, convirtió la manifestación en un acto oficial con funcionarios municipales y harta burocracia, eso sí, con sus cartulinas de rechazo a la violencia. Bien dicen, “si no puedes vencerlos, úneteles”.
Mujeres sin voz y sin justicia
Desde Sinaloa, nos comparten que a varios llamó la atención el silencio de la secretaria de la Mujer, Ana Francis Chiquete Elizalde (Morena), sobre las más de 20 mujeres que han muerto en lo que va de la disputa entre grupos criminales, donde algunas víctimas han caído en sus propios hogares y sólo son parte de la estadística. Nos recuerdan que doña Ana Francis no tiene formación o antecedente en la lucha por la igualdad de género o la protección de las mujeres y, a pesar de que el eslogan de la dependencia es “Por una vida sin violencia para las mujeres”, doña Ana Francis prefiere eludir el tema, pero lo peor es que las colectivas han mostrado que hay temor ante la situación, pues cada vez hay menos movilizaciones. “El miedo está en el aire”.