Desde Chiapas, nos platican que en el municipio de Huehuetán, uno de los más pobres del estado y afectado por las lluvias, no cuadran los números, pues su alcalde Sixto López Pérez, del partido Redes Sociales Progresistas (RSP), anda presumiendo una camioneta valuada en casi 2 millones de pesos, cuando su sueldo mensual es de poco más de 88 mil 500 pesos, más una compensación de mil 62 pesos. Nos detallan que, según reportes de la Secretaría de Hacienda estatal, tan sólo en enero de este año el ayuntamiento ejerció un presupuesto de 4 millones 663 mil 257 pesos, pero eso sí, desde que habitantes denunciaron que don Sixto había estrenado “su camionetón”, no ha habido algún pronunciamiento oficial para aclarar el origen del vehículo. A ver si no sale con que fue un “regalito”. ¡Zas!
Hasta el freestyle le salió mal
El que sigue “con el santo de cabeza” en Sinaloa, nos cuentan, es el alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil (Morena), pues su municipio organizó la segunda edición de la batalla de Freestyle entre raperos. Nos relatan que el evento fue el espacio ideal en el que varios artistas aprovecharon para denunciar la violencia que se vive en la capital del estado, lo cual fue muy aplaudido por “el respetable”, pero no faltó el participante que enfocó sus rimas en insultar a las autoridades estatales sin el menor pudor, lo que sonrojó a varios de los organizadores y por eso algunos criticaron a don Juan de Dios al promover este tipo de eventos cuando “el horno no está para bollos”. ¡Ups!
Funcionario no sabe ni lo básico
Nos comentan que, en Durango, el que dejó ver que “no le sabe mucho al cargo” es el nuevo secretario del ayuntamiento de Gómez Palacio, Aldo Damián Macías Franco (Morena), pues en las sesiones de Cabildo han sido sus colegas quienes le han tenido que instruir lo que debe y puede hacer y lo que no. A pesar de que la alcaldesa Betzabé Martínez Arango (Morena) ya recibió la queja y se ha percatado de las fallas, “hace como que la Virgen le habla” y pasa por alto los malos ratos, mientras otros le recomiendan a don Aldo estudiar lo básico para no hacer el ridículo. ¡Auch!

