Desde Sonora, nos platican que la diputada federal morenista Diana Karina Barreras Samaniego, mejor conocida como Dato protegido, “pisó el acelerador” en su intención por ser la candidata de su partido a la alcaldía de Hermosillo y ahora anda muy zalamera repartiendo pelotas a los niños, fumiga escuelas y se deja ver en colonias populares, a pesar de caer en una campaña anticipada. Sin embargo, nos indican que en las calles varios no olvidan el escándalo que se generó cuando censuró a una tuitera que la criticó y recuerdan que se aprovechó de los medios legales que deberían de utilizar y proteger a víctimas reales y no a figuras públicas incómodas con la crítica, como fue su caso, por lo que varios advierten desde ahora que quiere gobernar, pero no tolera que la cuestionen. ¡Así ni cómo!

El peso de las promesas de campaña

A casi un año de iniciar su mandato, nos cuentan que el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus Navarro (MC), comenzó a sentir el peso de la promesa que hizo durante su toma de posesión para “erradicar” el problema de las desapariciones en el estado. Nos señalan que, ante lo complejo de la situación, don Pablo ha comenzado a presionar a todos los funcionarios involucrados en el tema para que “hagan lo necesario” para que Jalisco deje de ser el estado con más personas no localizadas del país, pero nos dicen que lo malo es que no les dio una estrategia sólida de prevención y combate a los diversos circuitos de desaparición que operan en la entidad y sus detractores temen que “se juegue” con las cifras para que se vea que sí hay resultados. A ver si “le hallan la cuadratura al círculo”. ¡Ups!

El funcionario incómodo

Desde Sinaloa, nos comentan que la sesión de los integrantes del gabinete de seguridad federal en Mazatlán tuvo su primer “damnificado” con la renuncia del secretario de Economía del estado, Ricardo Velarde Cárdenas (Morena). Nos detallan que los funcionarios federales se reunieron con empresarios del puerto turístico y uno de los temas que se dialogaron como prioridad fue el alza en las desapariciones de jóvenes, principalmente originarios de Durango, como el caso de Carlos Emilio, ocurrido en un restaurante bar, del cual es socio don Ricardo y que originó una campaña para que no se visite la llamada “Perla del Pacífico” por la renuencia del lugar a colaborar con las investigaciones, pero casualmente, horas después de la reunión, se anunció la salida de don Ricardo. ¿Será que pidieron su cabeza?

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