Este régimen no desaprovecha ningún pretexto para silenciar a quienes piensan diferente.
Los medios de comunicación, los periodistas y todos los mexicanos, estarán en riesgo constante porque el gobierno presentó una reforma para crear una Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión que censura a quienes le sean incómodos.
Esta historia tuvo un comienzo y fue con la difusión, en televisión abierta, de comerciales de la Secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, donde se estigmatiza a la comunidad migrante.
Sin duda, esto generó indignación nacional. Sin importar ideologías o colores partidistas, coincidimos en repudiar estos agravios. Los posicionamientos estaban encaminados a proteger los derechos de las personas migrantes, sin embargo, el gobierno cambió el rumbo de último momento.
El miércoles por la mañana, se anunció en Palacio Nacional que se presentaría una propuesta para regular los contenidos publicitarios que los gobiernos extranjeros promuevan en nuestro país, prohibiendo que fueran de índole político o ideológico. Lo que debió ser una reforma para modificar, aproximadamente, tres artículos -por la tarde- se convirtió en una nueva ley de telecomunicaciones y radiodifusión que faculta al gobierno para cancelar los contenidos que no les sean cómodos.
Hay que ser claros, esto es autoritarismo. Usaron la indignación nacional contra los comerciales del gobierno norteamericano para meter toda una ley que silencia a quienes no concuerden con este régimen. Es un nuevo ataque contra la libertad de expresión.
Todo fue en fast track. En poco más de 24 horas, se anunció la presentación de la reforma, se envió al Senado, se emitió un dictamen sobre las rodillas, se convocó a las comisiones de análisis y éstas, con el voto de los legisladores del régimen, aprobaron 283 artículos. No escucharon al sector de telecomunicaciones ni de radiodifusión.
Hay cosas en esta reforma que alertan, como el hecho de que el gobierno podrá bloquear las plataformas digitales. La libertad de expresión y de opinión son pilares fundamentales de la democracia, sin embargo, hoy se encuentran en riesgo.
El gobierno debería dar seguridad, empleo, servicios de salud eficientes y en lugar de eso, Morena te cancela la posibilidad de expresarte y decir con libertad lo que piensas.
El pilón:
La corrupción del régimen está desbordada.
No sólo lo dice la oposición o los organismos internacionales, ahora, son sus propios legisladores quienes denuncian que “la corrupción está muy fuerte”.
Queda claro que los grupos políticos del gobierno en turno están peleando por poder y por dinero, en lugar de ocupar su tiempo y energía en resolver la inseguridad que tanto lastima a nuestro país.
Diputada federal @kenialopezr