Con profunda indignación por el hecho lastimoso y miserable cometido contra Carlos Manzo. Mi solidaridad a sus familiares.

Nos duele la violencia, su presencia en México ha roto el tejido social. Debemos de sentirnos molestos por quienes ante un acto doloroso, como es el asesinato de un presidente municipal, de manera miserable lucran para tratar de posicionarse políticamente.

¿En qué momento inicio esta pesadilla? No es de hoy. Las corruptelas del pasado fueron sembrando el germen de la violencia. El Estado mexicano encontró su punto débil en la falta de legitimidad de Felipe Calderón, sin estrategia inició una guerra que desmembró a algunos grupos haciendo que se convirtieran en grupúsculos disgregados y confrontados en el mismo territorio. Se protegió a un cártel, se le dieron facilidades desde la oficina de Genaro García Luna. Una primera lección: la corrupción política es uno de los grandes frenos para que se combata enserio al crimen organizado.

Declar aquella guerra no acabó con la violencia, la propago y nos tuvimos que enfrentar al horror de ver cuerpos decapitados, quemados, fragmentados y expuestos en las carreteras; de conocer que hay miles de desaparecidos. Todo inicio cuando la sinrazón venció a la estrategia. El propio Carlos Manzo mencionó: “¿En dónde empezó la tragedia? Empezó en Michoacán el 11 de diciembre de 2006 cuándo Felipe Calderón decidió militarizar el país, pero no para brindar seguridad a los ciudadanos sino para ser cómplice de los cárteles a los que sirvió en el sexenio.”

Grave error se cometió por mantener la misma lógica, por ello veinte años después resulta imposible que en un año del sexenio de Claudia Sheinbaum se logre vencer la inercia. Es un trabajo titánico limpiar a las corporaciones policiacas municipales y estatales de la corrupción lacerante. Una segunda lección: centralizar la seguridad, que recaiga en la Guardia Nacional hasta que la espiral de violencia descienda y se logre tener un sistema de seguridad sin corrupción y equipado con tecnología.

Puede ser aliciente que de septiembre de 2024 a septiembre de 2025 haya una reducción de 32% de homicidios dolosos, pero es tal el mal que resulta insuficiente y que el combatir y perseguir a quienes habían sido protegidos, anteriormente, ha desatado reacciones violentas. Una tercera lección: se deben de cortar los flujos financieros que permiten al crimen organizado mover su dinero de manera ilegal a través de bancos y la Bolsa de Valores.

Desde 2006, que inicio la guerra frontal, no había existido una estrategia clara contra el crimen organizado. El gobierno de Claudia Sheinbaum ha dado un giro en la estrategia, encabezada por Omar García Harfuch, que por la hondura del problema no se solucionará de la noche a la mañana, pero lo menos que deberíamos de hacer es cerrar filas en torno a la paz, firmar un gran Acuerdo Nacional por la Paz donde todos sumemos para erradicar la inseguridad y violencia, donde las reacciones mezquinas no tengan cabida. La oposición debe de reconocer que son parte del problema, gobernaron por muchos años y no hicieron nada.

¿Por qué el PAN, ahora que se quiere relanzar, no hace una autocrítica a sus gobiernos? Eso podría entregarles más legitimidad que el usar a bots para crear falsas tendencias en las redes. ¿Por qué Salinas Pliego no paga sus impuestos? Ese dinero podría utilizarse para invertir en seguridad.

La cuestión es clara: nos sumamos a un Acuerdo por la Paz por el bien de México, o nos quedamos en el discurso mezquino que no suma y solo busca que le vaya mal al país como única propuesta política.

Hasta aquí Monstruos y Máscaras…

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