El reto político de la Fiscalía General de la República es lograr coordinarse con el Gobierno Federal sin perder su autonomía, esto es, en apariencia, complejo por la cercanía que Ernestina Godoy tiene con la Presidenta, pero ambas entienden, por su experiencia previa en la Ciudad de México, que si logran coordinarse sin romper los límites entre ambas instituciones, se puede fortalecer, en mucho, la estrategia de seguridad.
Hubo un error de estrategia en la manera como se dio la salida de Alejandro Gertz Manero, la falta de táctica política enturbio un proceso que tendría que haber sido más tenue y menos mediático, esto generó especulaciones que quedarán como anécdota si el trabajo permite hacer que se aceleren las investigaciones y se utilice a la Fiscalía no para temas personales, sino para garantizar que la justicia llegue a todas y todos sin excepción.
No es bueno hacer leña de árbol caído, habrá que esperar para saber qué muertos se dejaron en el armario por el anterior fiscal y cuáles se harán públicos, esperemos que todos. Ernestina Godoy tendrá que hacer una operación inteligente y coordinada al interior de la Fiscalía y sobre todo con los estados. El objetivo: disminuir la inseguridad de manera acelerada en coordinación con Omar García Harfuch, siguiendo el mismo modelo empleado en la Ciudad de México.
La presidenta Claudia Sheinbaum entiende que el mayor reto de su administración es la seguridad, a pesar de que existe una disminución en delitos dolosos es necesario lograr la coordinación entre las Fiscalías de los estados y pensar de manera urgente en una reforma que modernice y erradique la corrupción de los Ministerios Públicos, que es el primer espacio opaco, anquilosado y burocrático que imposibilita el acceso a una justicia expedita, son los laberintos kafkianos donde se ingresa para no salir nunca, por ello el cambio en la Fiscalía debe de venir acompañado de la modernización de la misma trastocando la estructura y modificando su funcionamiento, de tal manera que se pueda hacer más ágil la respuesta de los Ministerios Públicos y se cuente con las herramientas necesarias para terminar con la corrupción enquistada, que tanto ha dañado el correcto funcionamiento de los mismos.
El tema es encontrar como la Fiscalía puede terminar con la corrupción e impunidad que no ha permitido la verdadera impartición de justicia. El hilo delgado de la autonomía es el que deberá mantener Ernestina Godoy, sí colaborar en temas de seguridad, pero no dejar de investigar a quienes tienen carpetas abiertas, no dar carpetazo al huachicol fiscal. Investigar sin limitarse por temas políticos, sino poner a la institución por encima de grupos y amistades serán la única posibilidad de dejar atrás el pasado oscuro de una institución que poco ha esclarecido y mucho ha enturbiado a la justicia para proteger a los de siempre.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha empezado a mover sus piezas, ha calculado fríamente el momento político para dar un golpe de timón que le permite colocar a alguien que sabe de la estrategia que quiere seguir en materia de seguridad. Entiende que el golpeteo político, auspiciado por pequeños grupos de oposición, implica fortalecer su estrategia para no alimentar intentonas que pretenden desestabilizar su gobierno.
De saber respetar la autonomía y trabajar de manera conjunta se podrá mejorar la impartición de justicia y reducir los índices de violencia. Es el gran reto que tiene la fiscal; le toca una de las materias más sensibles del gobierno, lo que implicará que su trabajo sea vigilado y se esperen resultados casi inmediatos. Pero deberá construir procesos de largo plazo, como es la preparación del personal de los Ministerios Públicos, disminución de la corrupción y una Fiscalía más humana y cercana a la gente. Los retos son muchos y el tiempo nunca es suficiente cuando de seguridad se trata.
Hasta aquí Monstruos y Máscaras…