El estado laico y sus malquerientes (crónica/antología) (Debate, 2008) es un trabajo lucido de Carlos Monsiváis donde se dio a la tarea de construir una crónica histórica del origen, la evolución y los avances de la laicidad en México; en el mismo texto incluyó a los malquerientes (según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua significa: que quiere mal al otro.)
La acidez con la que Monsiváis retrataba el acontecer diario es inigualable y gran falta nos hace, porque aunque parezca extraño sigue presente la disputa Estado/Iglesia, parece que en momentos regresamos a los tiempos en que Juárez separó estas dos instituciones, permitiendo que el Estado garantizará la pluralidad de ideas y el respeto a las distintas formas de pensar y de creer.
Me detengo ahora en una crónica de nuestro tiempo y lo hago con la acidez del gran Monsiváis:
En días recientes me llamó la atención encontrarme en Cuajimalpa, una de las alcaldías de la Ciudad, lonas y letreros, con los colores y letras que utiliza el gobierno local, con el siguiente mensaje: <<Familia Cuajimalpa. Te invita: “Peregrinación por la unidad y la paz de las familias de Cuajimalpa” 09 de agosto/ Basílica de Guadalupe/ 09:00 horas. Punto de salida: Explanada de la Alcaldía a las 24:00 horas. Salidas desde la Parroquia de San Pedro Cuajimalpa y Glorieta de Peralvillo. Para conocer los horarios y puntos de reunión, acércate a tu parroquia. >>
Parece un hecho normal que en una alcaldía con tanto arraigo existan este tipo de iniciativas. Lo que no me pareció común fue que taxis piratas, combis de transporte público, comercio ambulante tuvieran, también, estas lonas. Acudí a preguntar a la parroquia, y una persona que me pidió no mencionar su decir su nombre hizo referencia a que el alcalde cada mes obliga a su personal a acudir a misa y que la llamada “peregrinación” es una manda que él debe de cumplir. Por eso la lona tiene dos horarios: a las 24:00 su estructura está obligada a salir caminando a la Basílica y a las 6:00 am camiones de acarreados saldrán de la explanada para llegar a la glorieta de Peralvillo donde se unirán con el alcalde quien sueña con encabezar una peregrinación de cinco mil personas (es inevitable pensar la imagen patética de un gobernante encabezando una peregrinación religiosa, con dinero público. Su anhelo es convertirse en Jesucristo Superstar).
Esto puede ser algo descabellado, así que tomé un taxi pirata que me llevó a Santa Fe y le pregunté de qué se trataba su peregrinación. “Nos están obligando de la alcaldía. Tuvimos que pegar la calcomanía y ese día tenemos que llevar diez personas por cada uno de nosotros, sino ya no nos van a dejar seguir con el sitio. Lo malo es que la gente no quiere ir. Nos citaron el sábado a las 5 de la mañana en la explanada.”
El sábado me encontré a un grupo de comerciantes. Decían estar esperando a gente de Participación Ciudadana de la alcaldía para grabar un video de la peregrinación. Sin tapujos le pregunté a la mujer
si los obligaban: “si, debemos llenar diez camiones con el área de Gobierno, si no ya no nos van a dejar poner nuestro negocio. La verdad se hubiera quedado Ruvalcaba.”
El alcalde panista, Carlos Orvañanos, fiel a su tradición utiliza el presupuesto público para impulsar sus creencias, al punto que sin tapujos sube a sus redes platicas del Instituto de Análisis de Política Familiar. Como si fuera poco usa el poder para amedrentar a los comerciantes y trabajadores de la alcaldía con la finalidad de cumplir su sueño de caminar como un mesías seguido por sus huestes en Peralvillo.
Ojalá Contraloría de la Ciudad de México y la Secretaria de Gobernación investiguen estos hechos bochornosos y que son violatorios del Estado Laico. ¡Si Juárez viviera se volvería a morir!
Hasta aquí Monstruos y Máscaras…