Todos han hecho alguna vez el ridículo, unos antes, otros después, si no, pregúntenle a Robert De Niro, cuya más reciente serie (Zero day) es un sufridor thriller promocionado por una caterva de imberbes a los que, nada más de verlos, no se les puede creer nada en favor de este fastidioso seriado de la plataforma líder en Internet, informática y anexas.

Alguien debe decirle a De Niro que es tiempo de retirarse de filmar estas cosas, que son riesgo, profundidad y lo más importante: un desafío al sentido común. ¿Por qué promueve estas cosas Netflix, que son un verdadero tedio, una boa de mucho peligro al sentido común y la politiquera barata, con guión rebajado y torpeza infinita?

Y todavía la plataforma se atreve a decir que es algo totalmente nuevo en materia de espionaje.

La crítica de Álvaro Cueva es un acabado modelo de simpleza y lambisconería al servicio del mejor postor, que no se cree ni él. Pero no todo está perdido, el rubro del antier de las series que marcaron época, todavía The wire sigue echando chispas con sus cinco temporadas y 60 episodios de policial salvaje y enfrentamientos cruciales entre policías y narcotraficantes que operan en la ciudad de Baltimore.

Lo mismo pasa en The shield, trama modelo de extorsión, crimen, drogas y ambiente malsano llevado al extremo. Siete temporadas y 87 episodios tensa, compleja, cruel y completamente desaparecida del mapa de las buenas series, por donde regularmente pasaba.

Los sopranos, con sus seis temporadas y 86 episodios, es un caso único de la mafia en Nueva Jersey. Incluso hay un programa especial que le dedicó YouTube a sus más de 92 muertes destiladas en violencia y sangre. Reparto insólito encabezado por James Gandolfini, su analista y familia roñosa, un cenit en el buen mal gusto de la mejor televisión que se hacía hace años.

Una cima bastante redituable en series y mini series es la dedicada a la franquicia de True crimen, que prácticamente revisa muchos de los crímenes que estremecieron Estados Unidos: Ted Bundy, Henry Lee Lucas, Dahmer, John Wayne Gacy, Richard Ramirez.

Llega ahora con la firma de Errol Morris, el de Charles Manson y los asesinatos perpetrados por su desquiciada familia. Hay severos cuestionamientos a la verdad oficial y aparecen personajes como Jack Ruby y Vincent Bugliosi. De refilón aparece la otra historia, la de Tarantino en Erase una vez en Hollywood, que es como un siniestro episodio de Los Simpsons.

¿Qué queda, pues? Pues las historias infames que Netflix hace pasar como grandes relatos contemporáneos de la vida moderna en familia, superhéroes donde algunos pasados de lanza se vuelven no sólo gente de color, sino vejestorios, como lo es el ahora infame Capitán América, animaciones de Disney, muchos inventos que no tardarán en ser olvidados como dramas de un dólar, lloriqueos, ultrajes y muchas, muchas otras baratijas propulsadas por las cada vez más saturadas redes sociales, que le quitan el sueño a la generación del celular en mano.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS