Mientras siguen las quejas de muchos fans del mayor dirigible que ha dado el heavy metal, Led Zeppelin, éste sigue coleteando y jura su líder y productor, Jimmy Page, que ahora sí, en los primeros meses del año verá la luz el "Becoming Led Zepelin", por añadidos que ha recibido de último minuto el documental que cerrará su ciclo.
Mientras tanto, los verdaderos fans de su fenómeno se han confeccionado de manera ilegal varios videoconciertos, con material sacado de álbumes legales remasterizados y piezas sumamente apreciadas, como “In the evening” más una colección de cintas sicarias, casi sacadas de la consola de grabación, que Page les arrebató a los fans con la intención de hacer un álbum pirata oficial, para que se oyera como si fuera un disco bucanero auténtico, dándole el respectivo crédito a quienes lo grabaron.
En tanto, antes de caer en tan sólo el recuerdo de una época dorada, Spotify le ha dado el espaldarazo a muchos héroes que pintaban para el olvido, como Billy J. Kramer y Los Dakotas, cuyas canciones de Lennon y McCartney (“Bad to me”, “Do you know a secret”, “From a window” y “I´ll keep to satisfied”), más la legendaria “Little children”, que los hicieron famosos en los años 60. Sin embargo, hay más en versiones mono y stereo como “Twilight time”, de estos legendarios intérpretes como la lenoniana “Jelous guy”.
Como ellos, algunos participaron también en hoy nostálgicas miradas al Mersey Beat de la primera oleada como The T.A.M.I Show, donde se mezclaban temas de los Beach Boys, Las Supremas, Chuck Berry, Billy J. Kramer & The Dakotas, James Brown, The Rolling Stones, Lesley Gore, Jan & Dan y Gerry and The Peacemakers (que también tuvieron su película “A ferry across the Mersey”).
A últimas fechas se ha desatado una especie de recuerdo melancólico de icónicas bandas como Los Beach Boys, cuyo documental de Frank Marshall y Thom Zimny, que creó el armonioso sonido californiano legendario hasta nuestros días, y supo innovar al lado de la histórica The Wrecking Crew, las ideas de su líder Brian Wilson, más allá de los tiempos del Theremin. Dura, pero no lo bastante como llevar a juicio a la legendaria banda.
Otros que según muchos están a punto de dar el viejazo, como los ingleses de Yes, viven de conciertos ya un tanto patéticos como los cinco álbumes dobles titulados “Yes Union 30 live”, donde pasean su arte escénico por el Nassau Coliseum en abril de 1991, el Wembley Arena, en Londres, el Pensacola Civic Center, el Alpine Valley Music y el Madison Square Garden neoyorquino, en ediciones de Luxe remasterizadas y repletas de bonus tracks, como sus actuaciones en Las Vegas, con rarezas y Tour Extras, para sus fans que piensan que el dinero, si se tiene, hay que gastarlo a como dé lugar. Según algunos de sus más recalcitrantes seguidores, Jon Anderson, su excantante, es el que más se está arriesgando por hacer algo, si no nuevo, sí al menos original desde que dejó de cantar con ellos. El caso es que ya no han hecho nada como el legendario “Close to the edge”, con el que todos, sus ahora veteranos fans los recuerdan y les guiñan el ojo.
Por último, Frank Zappa, del que andan rolando muchas versiones de su inextinguible discografía, acaba de aparecer en una versión quíntuple de su legendario “Apostrophe”, en versión japonesa.