Llegó el “Día de la Liberación”, más bien, de la preocupación, día de la implementación de una serie de aranceles recíprocos sobre bienes exportados a Estados Unidos, punto de inflexión en que “EU comenzará a liberarse de la explotación económica por parte de otros países, tanto aliados como adversarios”, respuesta a prácticas comerciales desleales, como los altos impuestos que otras naciones imponen a productos estadounidenses y una forma de recuperar la riqueza y el respeto perdido. Trump: “El mundo ha estafado, abusado y robado a Estados Unidos y los aranceles son un hasta aquí para revertir esta dinámica. Vamos a cobrar a los países por hacer negocios en nuestro país y quitar nuestros empleos, nuestra riqueza, muchas cosas que han estado tomando durante años”. ¿Cómo la ve suspicaz lector, el mundo entero confabulado abusa de la inocencia, novatez y buena fe de Estados Unidos?
En el gran teatro del comercio global, Estados Unidos interpreta el papel del buen samaritano que abre incondicionalmente sus puertas, mientras los demás países le cierran las suyas con aranceles punitivos. Es la historia de un desequilibrio crónico, Washington permite que mercancías extranjeras entren casi libres de impuestos, pero cuando los productos estadounidenses intentan entrar a Europa, China o India, se topan con murallas arancelarias del 10% hasta el 50% y más. ¿Generosidad o ingenuidad? Trump argumenta que estos aranceles responden a prácticas comerciales desleales y una forma de recuperar la riqueza, los empleos y el respeto que EU ha perdido, los aranceles protegerán la industria nacional, incentivarán la manufactura en Estados Unidos y reducirán la dependencia de bienes extranjeros. Economistas advierten que los aranceles aumentarán precios al consumo estadounidense y desencadenarán represalias comerciales, en tanto, seguidores de Trump lo celebran como un acto de soberanía económica.
México y Canadá fueron excluidos de los aranceles generalizados, gracias al T-MEC. Los productos que cumplen con las reglas del tratado mantendrán acceso libre de impuestos, mientras que aquellos fuera de acuerdo como acero y aluminio, aunque con descuentos– aproximadamente 50% de exportaciones mexicanas enfrentarán 25% de aranceles, agregando latas de aluminio y cerveza. El tratado protege la industria automotriz, pero Trump amenazó con renegociarlo “El TLC fue un desastre…necesitamos acabar con este acuerdo”. Vehículos importados a EU sin suficiente contenido regional, cubrirán el 25% arancelario, aunque con descuentos si incluyen piezas estadounidenses. Vehículos y autopartes que cumplen con las reglas de origen -75% de contenido regional- no pagan aranceles. Para México será clave asegurar el cumplimiento estricto del T-MEC y obviamente acelerar acuerdos con otros mercados. Actualmente México cuenta con una red de 12 tratados de libre comercio -TLC- con 46 países, además de otros acuerdos bilaterales y multilaterales, principalmente con la Unión Europea, en el CPTPP con mercados asiáticos y del Pacífico, con Japón y con países de América Latina.
México tiene opciones comerciales viables fuera de EU, pero diversificar su dependencia requerirá tiempo, inversión y una estrategia clara frente a la presión de Trump con su estilo confrontativo. Será básico mantener el temple y negociar desde una posición de fortaleza regional, quizás aliándose con Canadá y/o la Unión Europea. Esperamos inflación, crecimiento lento y relaciones tensas, pero México podrá mitigar daños diversificando el comercio.
Analista político