Se acerca diciembre, otro año queda atrás y todo parece indicar que el 2025 será desafiante. En el ámbito económico, ya se dieron a conocer los criterios de política económica, estimaciones de ingresos y presupuesto que regirán la hacienda pública: el Paquete Económico 2025. Al revisarlo, hay algunas alarmas.
El principal input de todo modelo económico son los supuestos. De ellos dependerá qué tan cerca de la realidad estará el modelo. En el Paquete Económico hay dos cruciales: crecimiento e inflación. A partir del crecimiento considerado se harán todas las estimaciones de ingresos que, a su vez, sostienen los egresos. Con la inflación puede anticiparse si la política fiscal será o no concordante con la política monetaria esperada: restrictiva o neutra con inflación arriba del objetivo y expansiva en caso contrario. El crecimiento esperado es de entre 2% y 3% para el 2025, más optimista que el promedio. La tendencia ha sido ajustar a la baja el crecimiento esperado. Hacienda prevé una inflación del 3% para 2025, pese a la expectativa de que la convergencia hacia la meta será lenta. Otro supuesto que parece ignorar algunos eventos de la realidad económica es el tipo de cambio, proyectado en $17 pesos por dólar.
Entrando en materia de política fiscal, pensemos en los dos lados de la restricción presupuestaria del gobierno: ingresos y gastos. Por el lado de los ingresos, se estiman $8.5 billones de pesos. Preocupa que si el crecimiento está sobreestimado, lo estén también los ingresos, lo que innegablemente incrementaría el déficit. Por el lado del gasto, el proyecto es gastar $9 billones de pesos. La deuda pública es un flujo que se acumula en el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros. Como muestra la gráfica, el sexenio pasado sí creció la deuda, alcanzando el Saldo más alto desde que empezó el milenio y seguirá creciendo en 2025.
Más allá del déficit, es importante analizar en qué se gastará. Hay gastos que, naturalmente, deben crecer, como las pensiones. Con una población con tendencia al envejecimiento, es natural que el gasto en pensiones se incremente cada año. Lo alarmante aquí es que se diga que “el sistema actual garantiza la viabilidad de las finanzas públicas en el largo plazo (...)” (Política Hacendaria 2025, SHCP), cuando hemos presenciado el agotamiento de un modelo y la inviabilidad financiera de su reemplazo. Otra alarma es el recorte al gasto en dos sectores que parecerían prioritarios: educación y salud. También se recorta el gasto en infraestructura, sin inversión en proyectos de infraestructura de largo plazo y topando el gasto anual programable en proyectos de asociación público-privada, con proyectos en 14 de las 32 entidades
La probable sobreestimación del crecimiento y de otros supuestos pone en duda la solidez del Paquete. Todo en el mundo es transicional y al riesgo de tener un presupuesto desbalanceado se suman otros factores, como una guerra arancelaria con nuestro socio comercial más importante o la acentuada fuga de capitales ante la falta de certeza jurídica. Los recortes presupuestarios planteados amplían la brecha de México con el mundo en educación, infraestructura y telecomunicaciones, además de afectar la calidad de vida de las y los mexicanos, debilitando aún más el sector salud.
@JosePabloVinasM