Una política de estado es (debe ser) de largo plazo cuyo diseño es con base en el interés general de la nación y para su construcción confluyen actores políticos, agentes económicos, liderazgos sociales y especialistas de la academia, en torno a estratagemas centrales sin intereses partidistas, más allá de coyunturas y periodos de gobierno para evitar que intereses endógenos y exógenos atenten contra la seguridad nacional, para ello es de suyo importante una agenda nacional de riesgos que coadyuve a la formulación y evaluación de la toma de decisiones en un corto, mediano y para mantener intacta la soberanía nacional en torno a una estabilidad política, económica y social impulsando un proyecto de nación con desarrollo sostenible de largo plazo.
Tradicionalmente, la relación de México con la Casa Blanca siempre se ha delineado por los intereses grupales aglutinados en torno a los encargados de los despachos de las secretarías que conforman los diversos gabinetes del presidente en turno, pero nunca se abordan de manera integral los temas que inciden en la seguridad nacional de México, al contrario, se reacciona siempre a la agenda que impone la Casa Blanca.
Al respecto, a lo largo de 200 años de relación bilateral y ante un nuevo gobierno en México y con la llegada de una nueva administración en Estados Unidos de corte proteccionista, es el momento para dar un drástico giro en la relación con Washington. En este sentido, es relevante rediseñar la estrategia acorde interés nacional, ya que en asuntos de gran trascendencia como es el narcotráfico, comercio, seguridad, migración, cambio climático, y ciberseguridad, México ha reaccionado a la agenda de la Oficina Oval sin tener un hilo conductor en torno a un proyecto de nación de largo plazo.
Por ello LACEN propone una Política de Estado hacia la Casa Blanca para redirigir la relación bilateral con Estados Unidos, ya que la soberanía nacional puede ser avasallada por los riesgos que representa la presidencia 47 de Estados Unidos. El objetivo de esta política de Estado hacia Washington es reorientar la relación bilateral con Estados Unidos, ya que, ante las nuevas deportaciones masivas, una muralla, y una frontera blindada, México necesita construir una nueva relación con su vecino del norte, centrada en equilibrar su desarrollo interior, sin permitir imposiciones en la agenda bilateral, ni subordinarse a los intereses geopolíticos de la Casa Blanca.
Las nuevas amenazas del (de) nuevo presidente estadounidense Donald Trump (2025-2029) de expulsar migrantes, construir un muro fronterizo y aplicar un proteccionismo comercial, obligan a México a diseñar una política de Estado centrada en superar su desarrollo interior desequilibrado. El error de México sería continuar con la tradición de abordar de manera separada o paralela cada uno de los temas de la relación bilateral, y no en el marco de una política de Estado integral y coherente. Trump amenaza de retomar un agresivo nacionalismo económico, aplicar un férreo proteccionismo comercial, y una política exterior muy conservadora contra México.
La relación tiene dos fechas en su calendario: la más próxima es la revisión del Tratado México Estado Unidos, Canadá (T-MEC), de libre comercio, establecida para comenzar el 1 de julio de 2026. No obstante, con la designación como compañero de fórmula del joven senador republicano J. D. Vance, de 39 años, Trump presenta a su delfín para la elección presidencial de 2028, con un perfil conservador, que por su edad podría incluso competir en los comicios para el periodo 2032-2036. El año 3036 coincide con el calendario político-comercial bilateral: el T-MEC termina su vigencia el 30 de junio de 2036, otro año electoral presidencial tanto en Estados Unidos como en México.
Por ello LACEN presenta el estudio “Una Política de Estado hacia la Casa Blanca” para reorientar la relación bilateral con Estados Unidos, ya que la soberanía nacional puede ser avasallada por los riesgos que representa la presidencia 47 de Estados Unidos. El objetivo de esta política de Estado hacia Washington es reorientar la relación Bilateral con Estados Unidos, ya que, ante las nuevas deportaciones masivas, una muralla, y una frontera blindada, México necesita construir una nueva relación con su vecino del norte, centrada en su desarrollo interior, sin permitir imposiciones en la agenda bilateral, ni subordinarse a los intereses geopolíticos de la Casa Blanca.
Este estudio realizado por LACEN propone los ejes que debe tener la Nueva Política de Estado hacia la Casa Blanca, cuyos temas son: seguridad nacional, narcotráfico, comercio, seguridad comercial, migración, cambio climático, ciberseguridad, desarrollo humano, gobernanza, crecimiento sostenible.
Es importante recordar que Trump amenaza con la renegociación del TMEC, más no revisión, imponer su patriotismo económico para fortalecer su ‘Make America Great Again’. Para ello, el presidente número 47 de Estados Unidos utilizará el marco jurídico para impulsar una política comercial proteccionista causando fuertes estragos a la economía mexicana, ya que las exportaciones que coloca nuestro país a la Unión Americana representan el 37.7 por ciento del PIB de México. A través de su política económica, el nuevo presidente impulsará una política comercial acorde a la estrategia de seguridad nacional. Ante este embate es preciso conocer el marco jurídico comercial que Washington empleará para ejecutar su política de nacionalizar la globalización a través del patriotismo comercial:
1. En su preámbulo, la Constitución de Estados Unidos en aras de su pueblo vela por la tranquilidad interior, promueve el bienestar general y asegura la prosperidad.
2. El Artículo 1 (Sección 8) la Constitución faculta al Congreso para establecer aranceles y regular el comercio con las naciones.
3. Buy American Act (1933, 2010, 2021) la utilizará el nuevo presidente para respaldar la compra de productos de fabricación estadounidense sobre los extranjeros.
4. La Ley de Seguridad Nacional de 1947 permite establecer aranceles a los países que atenten contra la seguridad de EU.
5. Con La Ley de Expansión del Comercio Exterior de 1962, el Congreso establecerá un mecanismo interinstitucional de política comercial, para prestar asistencia al USTR en el desempeño de esas responsabilidades. El mecanismo tiene tres niveles: el Consejo Económico Nacional, ubicado en la Casa Blanca, el Grupo de Examen de la Política Comercial (TPRG) y el Comité Técnico de Política Comercial (TPSC).
6. La Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, enmendada, autoriza al presidente a ajustar las importaciones de un artículo y sus derivados que se importan a los Estados Unidos en cantidades tales o en circunstancias tales que amenacen con perjudicar la ley nacional. seguridad.
7. La Sección 232 determina si las importaciones a la Unión Americana amenazan la seguridad del país. La Sección 232 representa el nacionalismo económico que ha prevalecido a lo largo del devenir histórico de Estados Unidos.
8. La sección 604 de la Ley de Comercio de 1974, según enmendada (19 USC 2483), autoriza al presidente a incorporar en el Esquema Arancelario Armonizado de Estados Unidos (HTSUS) la sustancia de los estatutos que afectan el tratamiento de las importaciones, y las acciones a continuación, incluyendo la eliminación, modificación, continuidad o imposición de cualquier tipo de derecho u otra restricción a la importación.
9. La Comisión de Medios y Árbitros de la Cámara de Representantes y el Comité de Finanzas del Senado, a través de la Ley de Comercio Exterior de 1974, respaldará la nueva política comercial.
10. Para ello se empleará la Ley de Comercio Exterior de 2002 que crea el Grupo de Supervisión del Congreso (COG) para asesorar al presidente y al USTR con relación a diversas cuestiones de política comercial.
A partir de este 20 de enero de 2025, la Casa Blanca buscará:
A) Fortalecer la Seguridad Nacional: A través de su política económica, el nuevo presidente intentará, en primer lugar, tener una serie de políticas comerciales que vayan de acuerdo y den soporte a la estrategia de seguridad nacional. La prioridad será asegurar firmemente el cumplimiento de sus leyes comerciales para proteger y beneficiar al trabajador y empresario estadounidense.
B) El nuevo presidente reequilibrará la economía global y el multilateralismo comercial, por supuesto, a favor de Washington. Sin duda, ante el vendaval del establishment estadounidense, México debe prepararse y diseñar una política de Estado hacia la Casa Blanca. Tiempo suficiente hay para la revisión del TMEC que será el 1 de julio de 2026 y su término que será el 30 de junio de 2036 (artículo 34.7 del TMEC).
Profesor del Centro de Relaciones Internacionales, UNAM. Coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios.