Es innegable que hoy México está inmerso en una nueva fase en la órbita de seguridad de Estados Unidos para combatir al crimen organizado trasnacional, terrorismo, narcotráfico y migración ilegal. Por lo que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo debe hacerle saber a la Casa Blanca que México es garante de la seguridad nacional del sur de Estados Unidos.

Al respecto, en el capítulo siete del TMEC se encuentra el mecanismo de facilitación comercial (FC) a través de un esquema de cooperación aduanera (CA) que ha coadyuvado a una simplificación de las operaciones de comercio exterior, reduciendo con ello costos de transacción, eliminando trámites aduaneros y obstáculos administrativos, además de fortalecer las cadenas globales de valor de las empresas estadounidenses. Es importante destacar que la FC no conlleva a una reducción o eliminación arancelaria y sus medidas provocan tres tipos de impactos económicos: (i) afectan positivamente los flujos de comercio (acceso a mercados y eficiencia de las exportaciones); (ii) impactan la atracción de inversiones; y (iii) inciden sobre la recaudación fiscal.

Las empresas de EU que realizan operaciones de comercio exterior en el mercado mexicano, resultado de la FC que opera en las aduanas, se benefician de: 1. simplificación de procedimientos; 2. modernización e infraestructura aduanera (VUCEM 2.0); 3. Integración Tecnológica Aduanera, (PITA); 4. medidas de seguridad; 5. combate al contrabando; 6. Control de mercancías de uso dual. De igual forma, para que funcione el sistema de seguridad comercial de EU, que opera a través de la ventanilla única llamada Sistema de Datos de Comercio Internacional (ITDS) y que se respalda en la sección 405 de la ley conocida como SAFE Port Act, Trump necesita de la CA y la FC de México. Sin este apoyo no tiene razón de ser la infraestructura electrónica de seguridad comercial de Estados Unidos.

Asimismo, las empresas estadounidenses tienen en México facilidades fiscales y aduaneras que ningún otro país les ofrece y que sin el TMEC se reducirían o serían nulos esos apoyos. Con base en el artículo 39-III del Código Fiscal de la Federación, las empresas estadounidenses gozan de estímulos fiscales en torno a la Ley de los Impuestos Generales a la Importación y a la Exportación (LIGIE); Ley del Impuesto al Valor Agregado (IVA); Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (LIEPS); Ley del Impuesto sobre la Renta (LISR), .

Por ejemplo, una figura de cooperación aduanera que opera en nuestro país y que es de vital importancia para la empresa estadounidense es el Operador Económico Autorizado (OEA). Un gran beneficio de la certificación OEA para EU desde México radica en el uso de carriles preferenciales, lo cuales tienen un impacto en el tiempo y costos de las operaciones comerciales. Por ejemplo, las empresas OEA de EU al utilizar los carriles Express y Fast, en el puente Comercio Mundial de las ciudades de Nuevo Laredo, Tamaulipas y Laredo, Texas, se benefician cuando la aduana mexicana agiliza (1 hora) el cruce de las mercancías en la frontera de ambos países, ahorrando costos y tiempos para los importadores, exportadores y transportistas estadounidenses. Sin esta facilidad tardarían, estas empresas, entre 12 y 15 horas en realizar el cruce.

En México la certificación denominada OEA concede facilidades administrativas a las empresas estadounidenses que cumplen con requisitos aduaneros, fiscales y de seguridad, entre los principales beneficios de esta certificación se encuentran: a) carriles preferenciales para el despacho de mercancías; b) priorización en el despacho aduanero; c) simplificación y facilidades administrativas; d) no suspensión del padrón de importadores; e) reconocimiento mutuo; f) mayor plazo de permanencia de las importaciones temporales (60 meses); reducción en reconocimientos aduaneros, y h) cambio de régimen con preferencia arancelaria.

La Cooperación Aduanera y la Facilitación Comercial (capítulo 7 del TMEC) que México le brinda a EU incrementan los dispositivos de seguridad en el transporte de alimentos; de materiales peligrosos y de contenedores. Por lo que a través de los programas de seguridad comercial homologados entre México y EU, nuestro vecino del norte tiene la certeza de que todas los fabricantes de alimentos, procesadores, envasadores, almacenadores, distribuidores, exportadores y transportistas, cumplen con las disposiciones que exige Washington.

Por ende, México debe hacerle saber a EU que puede bien no supervisar a los exportadores el cumplimiento del férreo control que exige la aduana estadounidense, pues es sabido que los contenedores en que arriban las mercancías importadas son medios por los cuales pueden internarse armas de cualquier índole. En este contexto, el mercado de Estados Unidos estará expuesto a ataques terroristas por esta vía, ya que el servicio de aduanas de EU depende del control aduanero mexicano

Trump debe saber muy bien que México cuida la seguridad comercial de Estados Unidos en torno a la salud humana, animal vegetal y ambiental de Washington. Por ende, el gobierno mexicano puede eliminar el control aduanero y ya no exigir a las empresas que exportan al mercado estadounidense, cumplir las medidas de seguridad comercial que son resultado de la CA y la FC entre los dos países y que se desprende el TMEC.

Las medidas de seguridad pueden perfectamente complementarse con las de la facilitación comercial y cooperación aduanera, ya que guardan estrecha relación entre sí y ambas pueden impulsar al comercio bilateral internacional, pero si las primeras obstaculizan a las segundas, entonces EU sería presa de su propio proteccionismo.

¿Querrá Trump perder estos beneficios que le ofrece México?

Ello aunado a las medidas arancelarias que Trump quiere instrumentar las cuales afectarían de manera directa a las 64 ramas manufactureras y 47 ramas agropecuarias del mercado estadounidense. Para Estados Unidos, el aumento de los aranceles provocaría desabasto en los inventarios de las empresas; aumento de precios; rompimiento del encadenamiento industrial de las empresas intrafirma. Para México afectaría la inversión fija bruta; la producción industrial; presionaría la tasa de desempleo; el peso se apreciaría, por lo que al segundo trimestre del año (junio), la economía mexicana podría pasar de la desaceleración al estancamiento colocándose en la antesala de una posible recesión.

El "arancel Trump", independientemente si entra en vigor, debe provocar en México un cambio de su política exportadora para evitar la dependencia del mercado estadounidense. México debe instrumentar tres estratagemas: 1. (Re)consolidar de manera inmediata relaciones con actores globales. Y en el mediano plazo, 2. Nueva oferta exportable, y 3. Reorientar sus mercados internacionales.

*Profesor del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, y Coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM

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