Descomposición y rupturas. Diseñada para aplastar la independencia alcanzada por el Poder Judicial y reconcentrar el poder absoluto, sin frenos ni contrapesos, la ‘elección popular’ del domingo de los integrantes del sistema judicial acelerará la descomposición, inducida por el régimen, de los valores, la estructura y el funcionamiento del Estado. Pretender centralizar en el capricho y la discrecionalidad de un gobernante todas las decisiones —incluyendo la impartición de justicia— de un país de la complejidad y de la sofisticación de su inserción en el mundo, será la ruta más segura para la pérdida del control, el aislamiento, la inestabilidad y la ingobernabilidad. Igual ha ocurrido con la pretensión de algunos líderes de integrar en su causa todas las fuentes del poder real, incluyendo el poder de los cárteles y el de los líderes de las organizaciones antisistema, con la ilusión de así controlarlos. De hecho, las dos grandes muestras de inestabilidad y de ingobernabilidad del momento —el desbordamiento de los cárteles y el desafío de la CNTE se deben a esa estrategia de López Obrador. Se trata, por un lado, de rupturas en el seno de cárteles criminales que han llegado a percibirse, dentro y fuera del país, como partes de la coalición en el poder desde el sexenio de AMLO. Mientras que la CNTE formó parte a su vez de la coalición que llevó al poder al expresidente con su proyecto —heredado a la presidenta Sheinbaum— de concentración de todos los poderes. Tanto poder concentrado, podríamos concluir aquí, para no poder (o no querer) someter a la ley a los ilegales.

Gobernantes ‘compañeros de viaje’. El ensueño de algunos gobernantes al tender aproximaciones y alianzas con grupos criminales, para así tenerlos cerca, bajo su supervisión, suele ser un espejismo que termina con los gobernantes bajo control de los criminales. E, igual, la fantasía de pretender o fingir, desde el Estado, una identificación política o afectiva con una organización profesional de la extorsión, como la CNTE, con adiestramiento de guerrilla urbana y un proyecto de dominación totalitaria del sistema educativo con sometimiento de ciudades y servicios públicos, pareció congelarse estos días en la alucinación del sitio a Palacio Nacional, la parálisis del aeropuerto internacional, el trastorno de la vida de la capital de la República y ¡el boicot a la ‘elecciónjudicial!: la culminación del proyecto despótico de sus hasta ayer ‘compañeros de viaje’ , como esta organización ha considerado —en clave leninista— a los gobernadores de los estados donde los que mandan son estos líderes ‘magisteriales’ adulados por políticos y funcionarios con fines (fallidos) de contención, como la ‘mesa de diálogo’ citada para hoy.

Acordeones para votantes sumisos. Ante este paisaje de degradación del Estado, la agenda pública está presidida por las trampas y las violaciones dirigidas a sacar adelante la gran simulación ‘democrática’ de supuestamente elegir jueces, magistrados y ministros que ya fueron elegidos. Sí. Todo está consumado a través ‘acordeones’ para votantes sumisos y filtros previos de selección de aspirantes, cuyos votos quedarán a custodia de empleados del régimen fuera de la vista de ciudadano alguno.

Rupturas y soldaduras. En esta fase del “experimento kafkiano”, como califica el diario británico Financial Times esta faramalla, la presidenta Sheinbaum se ha empeñado en promover esta herencia López Obrador, con una pasión no mostrada en campos vitales para la solvencia del país. Es una ruta de alto riesgo. Si bien la ruptura de la CNTE le puede resultar liberadora, la soldadura del crimen organizado con sus candidatos a los puestos del sistema judicial podría precipitar la descomposición y la desconfianza por tiempo indefinible del Estado que encabeza.

Académico de la UNAM.

@JoseCarreno

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