En junio de 2025, por primera vez en la historia, los mexicanos elegiremos a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Sin duda, esta decisión definirá el futuro del Poder Judicial y, con ello, el rumbo del país. La SCJN no es sólo un tribunal que resuelve disputas legales; es la última línea de defensa del Estado de derecho, de los derechos humanos y del equilibrio entre los poderes. Por eso, más allá de ideologías o simpatías políticas, debemos votar con información y con plena conciencia de lo que está en juego: la independencia de la justicia.
La independencia del Poder Judicial no es un privilegio de los jueces, sino un derecho de la sociedad. Sin embargo, elegir a los ministros por voto popular plantea un reto enorme: ¿cómo evitar que este proceso se convierta en una contienda política más, en la que se premie la popularidad por encima de la capacidad y la integridad? México no puede darse el lujo de tener ministros que respondan a intereses ajenos o que lleguen al cargo sin la preparación necesaria para impartir justicia con autonomía.
Para tomar una decisión informada, es fundamental analizar el perfil de los candidatos. Un ministro debe tener una sólida formación jurídica, experiencia en la impartición de justicia y un historial que demuestre compromiso con la Constitución y la defensa del Estado de derecho. No podemos permitir que la Corte se convierta en un botín político o que sus integrantes sean elegidos sólo por afinidad con los poderosos en turno.
También debemos cuestionar a cada aspirante sobre su postura respecto a la independencia judicial. ¿Garantizan que sus decisiones estarán libres de presiones externas? ¿Tienen la fortaleza para defender la Constitución, incluso cuando sus fallos sean impopulares? Un verdadero ministro debe estar dispuesto a resistir cualquier intento de manipulación y a dictar resoluciones con base en la Constitución y la justicia, no en conveniencias políticas.
Otro aspecto clave es su visión sobre la transparencia y el acceso a la justicia. En un contexto de desconfianza institucional, la SCJN debe ser un órgano abierto y cercano a la sociedad. La transmisión de sesiones públicas, el uso de nuevas tecnologías y una argumentación clara en sus sentencias son herramientas indispensables para fortalecer su legitimidad y acercar el derecho a la ciudadanía.
Finalmente, esta elección tendrá un impacto en la protección de los derechos humanos. La SCJN es responsable de garantizar las libertades, defender a los sectores vulnerables y revisar leyes que pongan en riesgo principios constitucionales. Por eso, es clave evaluar si los candidatos tienen la preparación y el carácter para asumir este rol con valentía.
La estabilidad del país depende de un Poder Judicial fuerte y autónomo. Por eso, en 2025 no podemos permitir que el voto por los ministros de la SCJN se convierta en un juego de intereses. No se trata de apoyar a una ideología o a un partido, sino de elegir a quienes garantizarán que la Corte siga siendo un verdadero contrapeso del poder y un pilar de la democracia. Si queremos un México con justicia real, necesitamos ministros preparados, independientes y comprometidos con la Constitución. La decisión está en nuestras manos.
Jorge Nader Kuri, abogado penalista. jnaderk@naderabogados.com