Con los desastrosos resultados del neozelandés que tomó el lugar de coequipero a lado del tetracampeón, Max Verstappen, en Red Bull, la figura del de Jalisco se agiganta con una pregunta lapidaria a la directiva encabezada por Christian Horner y Helmut Marko: “¿No se trataba de reemplazar a Checo Pérez por un piloto más rápido?”
Y es que por la boca muere el pez; Liam Lawson se encargó de sembrar la historia de que era talento puro llegando a la máxima categoría.
Hoy lo que puede hacer con el auto es calificar en los últimos lugares: posición 18 en el pasado Gran Premio de Australia, vigésimo en China, con un manejo que busca más no terminar en los muros que sacarle jugo a un complicado RB, coche que como se sabe desde los tiempos de Checo, está configurado al manejo de Verstappen.
Incluso, se rumora en el paddock que el asiento de Lawson ya está comprometido, de manera que si no logra una actuación destacada en la próxima carrera, será degradado para que ascienda el japonés hoy en Racing Bulls, Yuki Tsunoda.

Lo insultante para la afición es que ahora sí se habla del coche y de lo complicado que resulta manejarlo para cualquier otro piloto que no sea Max Verstappen, y cuando Pérez estaba al volante del RB era su culpa y sólo su culpa. Pues sí, con “ese” auto, Checo sumó victorias, ayudó al neerlandés a alzar su primer título, impulsó a Red Bull a ganar dos de constructores y entregó un subcampeonato.
Para cualquier directiva en el mundo el que te hayas desecho del piloto que te venía entregando resultados cuando trabajabas con él, pagándole una indemnización millonaria para dar paso a un novato que hoy ni se encuentra y que a la tercera o cuarta carrera degradas, es un fracaso colosal.
¿Son injustas las críticas a Lawson? Puede que sí, pero él también alimentó la narrativa con sus declaraciones poco diplomáticas a su predecesor.
El tiempo corre de manera inexorable para Lawson, y su caso podría pasar a la historia como el triste resultado del berrinche de Horner y Marko por deshacerse de la presión que ponían los patrocinadores de Checo.
La guillotina pende sobre la cabeza de Lawson, y lo estará sobre el siguiente que ocupe su lugar si RB mantiene su forma de trabajar. Mientras tanto, el tiempo y los resultados de Checo en la escudería pesarán cada vez más, haciendo que los bonos del mexicano se sigan cotizando a la alza.
@jorgedialogante