El piloto mexicano Sergio Pérez salió de la estructura de la bebida energética al terminar la temporada pasada, aun cuando tenía contrato firmado hasta 2026, lo que le valió irse a casa con una jugosa liquidación. Sin embargo, si bien el camino de 90 carreras en Red Bull tuvo momentos luminosos en 29 podios, dos títulos de constructores, un subcampeonato de pilotos y cinco victorias, incluido el fantástico Gran Premio de Mónaco en 2022 y dos triunfos en Azerbaiyán, los cuatro años vestido de azul fueron tortuosos.
Por primera vez en 15 años México no tiene un piloto en Fórmula 1, y su ausencia se ha dejado sentir en Red Bull, que tan sólo en términos financieros fue el equipo que más patrocinadores perdió respecto a 2024, en donde 12 marcas retiraron sus logotipos, varias de ellas ligadas directamente con Pérez, tales como Telcel, Claro o Inter.mx, También se marcharon HP, Poly, Blenders, Zoom, Built for Athletes, Arctic Wolf, Sui y EA Sports.
Red Bull nunca entendió —o no ha querido entender— que para su segundo garaje no se trata solamente de poner un auto y a un piloto quien sea, sino de darle todas las facilidades técnicas y humanas para rendir al máximo. Aun así, Checo pudo entregar un subcampeonato en 2023 y desafiar en contadas ocasiones a Verstappen, pareciendo que era el mismo equipo el que le cerraba la llave.
El tiempo de Pérez en Red Bull terminó y llegó el de su reemplazo, Liam Lawson, piloto con contrato de casa y quien se ha encargado de echarse encima a todo mundo, por sus maneras poco diplomáticas de cara a su predecesor. Sin embargo, el neozelandés pagó el asiento al lado de Verstappen con una actuación desastrosa en la calificación del Gran Premio de Australia.
De ser el equipo desafiante al dominio de Mercedes, el consentido de Latinoamérica, Red Bull pasó a ser el equipo repudiado, al que abuchean en cada oportunidad y del que se sabe que su motor Ford rumbo a 2026 ya cuenta con retrasos.
Red Bull, al menos en México y Latinoamérica, se mide ahora en “cuando estaba Checo”. Y sí, cuando estaba Checo había un piloto que si tenía el auto puesto podía sumar podios, así como analizarlo (Pérez había diagnosticado el decaimiento desde el RB219, pero no le creyeron) y jalar toda la presión hacia él, además de aportar millones de dólares que nunca están de más.
Hoy la realidad reivindica al piloto mexicano, y no tardará mucho para que Red Bull lo extrañe.
@jorgedialogante