Mohammed VI, rey de Marruecos, misterioso y secreto, es el monarca número 23 de la dinastía que ha gobernado Marruecos sin interrupción desde 1631. Acaba de pasar la prueba de un movimiento estudiantil de la Generación Z (que nunca atacó la figura del rey) y ahora su país celebra el 50 aniversario de la “gloriosa marcha verde” que lanzó su padre, el temible Hassan II, para apoderarse del Sahara español tan pronto como murió Franco. Marruecos es un gran país, orgulloso, que nunca perdió su independencia, ni bajo el muy corto protectorado franco-español de 1912 a 1956.

La otra peculiaridad de Marruecos es que el rey es el “comendador de los creyentes”, función religiosa muy importante que le vale un prestigio muy especial, algo sagrado. Durante la segunda guerra mundial, el noble Mohammed V redactaba la oración del viernes y mencionaba siempre en las intenciones a “los judíos cruelmente perseguidos en Europa”. Su hijo Hassan II, por más agnóstico que haya sido, tomó siempre muy en serio sus deberes religiosos.

Un solo ejemplo permite entender el asunto. El 26 de febrero del año en curso, el rey habló a sus sujetos en calidad de “comendador de los creyentes”. Les dijo de no sacrificar borregos, como lo quiere la tradición, el día de la “fiesta del sacrificio” (Aid el-Adha o Aid el-Kebir), la más importantes de las fiestas musulmanes, porque recuerda el sacrificio de Abraham: Dios que le había pedido sacrificar a su hijo Isaac, sustituyó a última hora al hijo con el borrego. Marruecos tiene más de 38 millones de habitantes. Si cada familia sacrifica un borrego… El rey tomó su decisión en forma no política, sino religiosa, una fatwa y explicó: “Nuestro país enfrenta retos climáticos y económicos que tendrán por consecuencia una reducción sustancial del ganado (…) Cumplir el ritual en esas condiciones difíciles perjudicaría a gran parte de la población de nuestro país, especialmente a los que tienen ingresos limitados”. Efectivamente, el país estaba en el séptimo año de una terrible sequía, el hato ganadero no dejaba de disminuir y el precio de la carne de subir.

El 7 de junio, día de la fiesta del sacrificio, Mohammed VI presidió el oficio religioso, antes de sacrificar, delante de las cámaras de televisión, a dos machos, uno para su familia, uno para la comunidad, como lo hacía el Profeta. La mayoría de las familias marroquíes siguieron la recomendación del rey, salvaron a muchos animales y ahorraron los 12,000 pesos que cuesta un macho. Nadie protestó, ni los ultra ortodoxos, no hubo la menor polémica. ¿Qué pasaría si nuestra presidenta nos pidiera, en nombre de la economía, o de la salud, dejar de comer carnitas un tiempo? Les dejo imaginarlo.

Su padre, el rey Hassan II, había prohibido el sacrificio en dos ocasiones, también por la sequía. Ningún otro soberano musulmán se atrevió a imitarlos, al padre y al hijo. Porque ninguno tiene semejante legitimidad religiosa para poder enfrentar la ira de los islamistas o de los sabios religiosos, los “ulemas”. El rey de Marruecos es “Comendador de los creyentes” y la dinastía tiene fama de descender del profeta. El título de Comendador de los creyentes remite a la época gloriosa del islam árabe, la de los califas, los que sucedieron a Mohammed. Ni el rey de Arabia saudita, “guardián de los dos lugares santos”, la Meca y Medina, se atreve a usarlo. El poder del rey marroquí va más allá de la comunidad musulmana y se extiende sobre los judíos y los cristianos porque son también “creyentes”. Eso puede explicar que Marruecos sea un país tan tolerante. Eso explica que el abuelo del presente rey rezara por los judíos exterminados por Hitler, que Hassan II haya invitado al papa Juan Pablo II, que su hijo haya invitado al papa Francisco, que mi prima católica, casada con un musulmán, haya enseñado toda su vida en la universidad de Rabat y esté enterrada en el panteón cristiano de la ciudad.

En su calidad de Comendador, el rey se puede colocar encima del juego de los partidos y ha logrado frustrar las ambiciones de los islamistas cuando tenían el viento en popa.

Historiador en el CIDE

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