Como arte de pensar, calcular y decidir, el ajedrez es expresión de procesos razonados y coherentes. Como las matemáticas, tiene principios que ayudan a distinguir lo cierto de lo falso, lo lógico de lo ilógico. El pensador Friedrich Engels decía: “La lógica del pensamiento tiene que acudir siempre en ayuda de la insuficiencia de conocimiento”. Aunque el físico Albert Einstein acotó: “La lógica te llevará de la A hasta la B. La imaginación te llevará a todas partes”. A su vez el filósofo Thomas Hobbes planteó la idea del raciocinio como cálculo lógico, o sea como combinación de símbolos según reglas lógicas convencionales. Así, el éxito en el tablero depende del rigor con que se plantea la batalla; su belleza, de su lógica, precisión y brillantez. Con razón el gran maestro David Bronstein pidió: “No diga que soy un genio ni cosas por el estilo. Diga simplemente que yo entendía la lógica del ajedrez, y con eso me habría definido perfectamente”.