En México de manera progresiva se han promovido una serie de acciones para que las mujeres avancen en la política. Entre estas se ha establecido que la mitad de las candidaturas a gubernaturas y la mitad de las candidaturas al Congreso de la Unión sean para mujeres. Eso ha permitido que como nunca las mujeres sean parte activa de la política mexicana. Incluso, nunca había habido tantas mujeres gobernadoras como ahora.
Pero entonces ¿cuál es la trampa en las “leyes esposa” que se están avanzando en San Luis Potosí, Nuevo León e Hidalgo? Sencillamente en las tres entidades se busca avanzar a mujeres para que estas sean candidatas (solamente mujeres) en las elecciones a la gubernatura de esas tres entidades en el 2027. Ningún hombre. Las razones varían.
En el caso más sonado, el de San Luis Potosí (SLP), mismo que ya aprobó la ley en cuestión, en una votación en domingo, a las nueve de la mañana, se trata de que sólo haya mujeres en la boleta para que con mayor facilidad la senadora Ruth Miriam González (PVEM), esposa del actual gobernador, también del partido verde, Ricardo Gallardo, sea la candidata del oficialismo. Al poner a mujeres (solamente) como candidatas el gobernador prácticamente asegura que la candidatura de Morena-PT-PVEM caiga en su esposa, pues el resto de los candidatos mejor posicionados son hombres.
En el caso de Nuevo León (NL), si bien el gobernador Samuel García de Movimiento Ciudadano no tiene la mayoría en el Congreso para aprobar el mismo cambio constitucional que sucedió en SLP, se busca —a través de su influencia en el organismo electoral, el Instituto Estatal Electoral de Nuevo León— que se dicten “lineamientos” para que sólo sean mujeres candidatas en 2027. Aquí el objetivo es anular la candidatura del archirrival del gobernador, Adrián de la Garza, actual alcalde de la ciudad de Monterrey y quien lidera las encuestas. A la par, el gobernador con el mismo movimiento busca avanzar la candidatura de su esposa, Mariana, a la gubernatura.
Así, tanto en el caso de SLP como en el de NL los gobernadores, hombres, busquen no que las mujeres avancen. Lo que buscan es neutralizar a su competencia y que avancen sus esposas para ellos seguir gobernando vía interpósita persona. Eso es no solamente trampa, eso revierte el avance que han tenido las mujeres en la política.
En el caso de Hidalgo, cuyo procedimiento legislativo ya se suspendió —luego de los cuestionamientos que sobre estas leyes hizo la Presidenta de la República— no se quería avanzar a esposa alguna, pero de manera similar a las otras dos entidades, se pretendió que sólo aspirasen a la gubernatura mujeres, para que el principal rival del actual gobernador, el senador Cuauhtémoc Ochoa Fernández fuese inelegible para la elección del 2027.
Veremos que acontece en SLP, cuya ley esposa falta por ser publicada en la gaceta oficial. Hasta que eso suceda se podrá impugnar. Hay dos lugares en lo que se puede impugnar: ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con la mera publicación de la ley; o, ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal, hasta su primer acto de aplicación.
De lo que sucede en SLP dependerá, seguramente, lo que se haga en NL. La Presidenta ha mostrado en dos mañaneras estar contra este tipo de simulaciones. Mientras que el PVEM, hasta ahora aliado de Morena, defiende los cambios legales.
El tema no es menor, al tratarse de una manipulación de las reglas de género. También relevante se trate sobre los lances de todos los partidos para poner un “pie” en las candidaturas a las gubernaturas del 2027. Incluso madrugando, en el oficialismo, a la mismísima Presidenta y a su partido.
Así que la clase política se ha volcado de lleno a las elecciones del 2027, a año y medio de distancia. Esto es mala noticia para México pues una vez más estarán en la disputa por el poder y no en resolver los problemas del día a día de los ciudadanos.

