El mundo está lleno de incertidumbres. Principios y relaciones que parecían inmutables están anuladas o en riesgo. Todo está cambiando. El Mundial de Norteamérica, a realizarse en 2026, podría parecer una nimiedad respecto a los múltiples cambios que ocurren, pero no lo es. Es muy importante para México, Canadá y Estados Unidos, pero el tema se podría polarizar.

Luego de que EU no ganara las sedes para los Mundiales de 2018 y 2022, fue durante el primer mandato de Donald Trump que, en el 68 Congreso de la FIFA, se le otorgó a México, Canadá y EU el Mundial de 2026. Desde que Norteamérica obtuvo el Mundial, el presidente Trump lo consideró un logro personal. A raíz de ello, ha establecido una gran relación con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino. Trump le llama “el rey del soccer”, e Infantino le regaló una réplica del antiguo trofeo del Mundial. Y, la nueva copa, a sugerencia del yerno de Trump, fue hecha por la joyería neoyorquina Tiffany.

En el último mes, Infantino ha estado tres veces con Trump: en su toma de posesión, en el FII Summit en Florida y, el viernes pasado, en la Casa Blanca para atestiguar el ‘Task Force’ del Mundial. El presidente Trump se autodesignó, mediante un decreto, presidente del comité, y se encargará de preparar todo lo relacionado al Mundial de Clubes, que se jugará este verano en EU, y de la Copa Mundial que se jugará en 2026. Los objetivos van desde asegurar la seguridad hasta maximizar los ingresos producto de los eventos FIFA

Muy revelador lo que dijo en esa ceremonia el presidente de la FIFA: “es importante que todos los que vengan a (Estados Unidos de) América se sientan seguros y por ello es importante que el gobierno haya creado este comité en la Casa Blanca, presidido por el mismísimo presidente (Trump), demuestra la importancia de los eventos de la FIFA”. En este evento la prensa le preguntó a Trump si las fricciones territoriales y arancelarias con Canadá y México afectarían el Mundial. Su respuesta fue poco diplomática: “Creo que lo harán más apasionante. La tensión es algo bueno”.

¿Por qué el presidente de la FIFA se refirió a este comité sólo para América y no para Norteamérica? Puede que el dirigente italiano haya tenido una confusión lingüística, pero también puede ser que le esté dando gusto a todo lo que pida EU.

¿Qué va a pasar si, por fricciones con sus vecinos, Trump intenta que el Mundial sólo se juegue en Estados Unidos? Al parecer, piensa que es su Mundial, y de por si 75% de los juegos se disputarán en EU.

Que los partidos del Mundial asignados a Canadá y México se disputen en nuevas sedes en EU es algo que no se puede desechar, dado todo lo que está sucediendo. De hecho, es un tema que ronda las juntas de los varios comités organizadores del Mundial 2026 al ver todo lo que ocurre en FIFA y en el mundo.

Para evitar esto, México debe tener una estrategia certera y quitarle cualquier pretexto a la FIFA para cambiar las sedes, lo que no estará firme hasta el sorteo de partidos por sede que se realizará en Las Vegas a finales de este año.

Por ello, primero hay que avanzar en los compromisos que hizo México con la FIFA desde 2017: seguridad, visados, temas fiscales, venta de boletos, etc. Muchos se retrasaron en el sexenio pasado, pero ahora la responsable del comité mexicano, la exlegisladora Gabriela Cuevas, misma que tiene experiencia en temas internacionales, deberá concretar una larga lista de pendientes con varias secretarías de Estado.

Segundo, los gobiernos de Jalisco, CDMX y Nuevo León deben avanzar sus temas como Host Cities. En particular, preocupa Monterrey, donde retrasos en la construcción del metro y una inaguantable contaminación proveniente de la refinería de Cadereyta podrían poner en riesgo al Estadio Monterrey. En CDMX, luego de mucha burocracia, las autoridades capitalinas liberaron al Estadio Azteca los permisos de construcción, que se reporta en tiempo y forma. En cambio, en el Estadio Akron, en Guadalajara, todo iba bien hasta los actos recientes y reiterados de violencia, que le podrían ocasionar un veto.

Tercero, el gobierno federal debería entrar al cabildeo con Infantino para que tan solo pensar en mover sedes tenga un alto costo en América Latina y en Concacaf. En este cabildeo deben sumar a los principales patrocinadores de FIFA, los que le dan el dinero, destacadamente Adidas, Coca-Cola y Visa, los tres con importantes operaciones en México. En resumen, en este mundo cualquier cosa puede pasar. Es momento de actuar con inteligencia y quitar pretextos.

X: @JTejado

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