Día con día el panorama político nacional se va poblando de escenas cada vez más alejadas de lo que se pensaría serían parte de un ejercicio profesional del servicio público y de las tareas representativas, a grado tal que podríamos decir que pocas cosas podrían ya sorprendernos.

Del bailongo en la Cámara de Diputados para reconocer -y festejar- a la Sonora Santanera al informe de labores en forma de concierto en el DIF de Campeche, pasando por la licencia del senador Noroña para viajar a Medio Oriente a solidarizarse con Palestina pero sin hacer caso a la invitación de las madres buscadoras en suelo mexicano, todo es un concierto de sinsentidos.

Olvida también el ex presidente del Senado que al decir que su viaje es pagado por un generoso gobierno extranjero, incurre tal vez en una conducta reñida con la legislación. Pero quizá en su visión son únicamente detalles. Aunque se trate de la ley.

Mientras todo esto ocurre, tantas personas damnificadas por los desastres naturales reclaman auxilio, y cuando organizaciones apolíticas quieren llevar apoyos se les dice que únicamente el gobierno canaliza todo, lo cual en principio no tendría objeción, pero resulta que el régimen, muy atento, aprovecha para hacer llegar la ayuda en paquetes guindas…

Así la tragicomedia mexicana.

Lejos de la política, pero infortunadamente demasiado cerca de la ciudadanía, los efectos del crimen organizado son una terrible realidad, como lo demuestran los asesinatos de los líderes de citricultores Bernardo Bravo Manríquez en Michoacán y Javier Vargas Arias en Veracruz.

Ambos liderazgos se habían destacado por su tarea en favor de los campesinos y empresarios agrícolas, en particular los citricultores. Incluso llamó mucho la atención una protesta encabezada por Bravo Manríquez durante la cual campesinos de su agrupación arrojaron al suelo más de dos toneladas de limones, afirmando “si lo quieren regalado, pues aquí está”.

La presión sobre los citricultores, afirmarían entonces, se debía a que son extorsionados y por ese motivo la actividad ya no es redituable.

Dos personas asesinadas por reclamar los derechos de campesinos en nuestro país. Pero la clase política de Morena está más dedicada al baile y a los viajes.

En este contexto, ver y escuchar a la presidenta Sheinbaum entrando a discusiones sobre el futuro electoral de los partidos políticos, solo retrata que en la clase política en el poder lo que verdaderamente importa son las elecciones futuras, no la triste realidad del pueblo. O al menos así pareciera, por sus expresiones.

Cuando se refirió a Movimiento Ciudadano, la respuesta vino por parte del dirigente nacional naranja, Jorge Alvarez Maynez, quien invitó a la presidenta Sheinbaum a “dejar a un lado la politiquería y las discusiones de una alianza electoral que no existe. O existe únicamente en la imaginación de quienes le hablan al oído para distraerla de lo que verdaderamente importa”.

Con Maynez, me sumaría al deseo progresista de aprobar la reducción de la jornada laboral, y hacerlo ya; sin esperar al 2030, como lo plantea el gobierno actual. También la creación de un sistema nacional de cuidados, para proteger y compensar a quienes dedican su vida a cuidar de otros por enfermedad o por edad.

Y ya que estamos en la onda progresista, abordemos y modifiquemos de verdad el perfil y sistema de justicia de nuestro país, basta de prohibicionismos movidos por ignorancia o por prejuicios, terminemos con el militarismo y fortalezcamos el orden civil.

Seamos una sociedad de libertades. No de miedos ni de discursos vacíos.

Coordinadora Grupo Parlamentario MC

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