Hay equipos que marcan épocas e indiscutiblemente el Club Universidad de la década de 1970 fue uno de ellos, ya que a pesar de haberse coronado en la liga solamente en la temporada 76-77 (primer título de los universitarios, por cierto), jugó varias finales y desarrolló un estilo de juego efectivo, llamativo y difícil para sus rivales.
En esa década, el equipo universitario contó con jugadores de la talla de Leonardo Cuéllar, José Luis Pareja López, Cabinho, Juan José la cobra Muñante, José Geraldo Cándido, Chucho Ramírez y un juvenil que empezaba a despuntar llamado Hugo Sánchez. Y tuvo también a Genaro Bermúdez Martínez, un lateral derecho fuerte y talentoso, orgullosamente nacido en hoy alcaldía La Magdalena Contreras el 3 de agosto de 1950. Desde que era niño, Bermúdez fue llamado el Pelé porque su corte de cabello le daba cierto parecido a O Rey Pelé, Edson Arantes do Nascimento.
El Pelé Bermúdez debutó en Primera División con los Pumas en 1970 y, poco tiempo después, se convirtió en un verdadero pilar de la defensiva universitaria, línea que tenía a personajes como Miguel Mejía Barón, Héctor Sanabria y el Gonini Vázquez Ayala. Los tres jugadores hábiles, fuertes y rudos, por lo que la defensa puma se caracterizaba por la dificultad con la que le anotaban… y es que si los tres eran buenos jugadores, Bermúdez no se quedaba atrás, por lo que Héctor Sanabria —quien en la década de 1980 fue entrenador del equipo— lo definió como “un crack”,
Durante toda su carrera, Genaro Bermúdez Martínez defendió los colores universitarios… aunque reforzó a equipos como Cruz Azul y Atlante en algunos partidos internacionales. Jugó también con la Selección Nacional, coronándose campeón de la CONCACAF en 1971, pero dos años después fue parte de la selección mexicana que perdió la posibilidad de participar en el Campeonato Mundial de 1974 en Alemania, ya que el tricolor fue sorpresiva y vergonzosamente eliminado en el Pre-mundial de Haití.
Tras ese tropiezo —tal vez el más duro en su carrera futbolística—, el Pelé se reportó con los Pumas y siguió adelante con su carrera, coronándose como campeón de copa y campeón de campeones y en 1975, y como campeón de liga en la temporada 76-77, derrotando en la final a los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara con marcador global de 1-0, tras empatar 0-0 en el Estadio Jalisco y imponerse por la mínima diferencia en el Estadio Azteca. ¿Por qué en el Azteca y no en el Olímpico Universitario?, podrán preguntarse. Bueno, porque un paro de los trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México impidió que el juego se realizara en el estadio de los Pumas, que esperó poco para ser escenario de la lucha por el título del futbol mexicano.
Y es que un año después, en la temporada 77-78, el equipo universitario llegó nuevamente a la final, donde fue derrotado por los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que se impusieron 2-0 en el Estadio Universitario de Monterrey, para empatar posteriormente 1-1 en el Olímpico Universitario, estadio que tendría que esperar hasta la temporada 80-81 para ver coronarse a los Pumas. La derrota del equipo de la UNAM, segundo lugar de la tabla general, puede explicarse en gran medida porque Hugo Sánchez, Arturo Vázquez Ayala, Leonardo Cuéllar y Enrique López Zarza se incorporaron a la Selección mexicana que disputó el campeonato mundial de 1978 en Argentina y no jugaron la ronda final con los auriazules.
Genaro el Pelé Bermúdez se retiró en la temporada 79-80 y fue auxiliar de Bora Milutinovic en la 80-81, cuando los Pumas ganaron su segundo título de liga. Después se desempeñó como entrenador de las fuerzas básicas del equipo, hasta que falleció el 11 de enero de 1987. Tenía 36 años y una vida por delante junto a su esposa y sus pequeños hijos, pero lamentablemente fue víctima de la leucemia.
A pesar de que las nuevas generaciones no lo vieron jugar, hoy en día es recordado como uno de los mejores laterales derechos en la historia de los Pumas; pero sobre todo como un guerrero que siempre luchó por conseguir sus metas, ya que quienes tuvieron la suerte de tratarlo aún recuerdan un consejo que deberíamos aplicar en nuestras vidas: “no tienes nada que perder y sí mucho que ganar”. A 38 años de su muerte, Genaro el Pelé Bermúdez sigue siendo un gran ejemplo de la garra que generalmente ha caracterizado al equipo auriazul y que, al comenzar un nuevo torneo, sigue tratando de recuperar.
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