Esta semana, personal del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental, DOGE (por sus siglas en inglés), irrumpió en la sede de USAID ubicada en Washington DC. Debido a la falta de acreditación del personal y el intento por acceder a las instalaciones de información sensible, se les intentó bloquear el acceso. Después de este fallido intento, varios funcionarios de esa dependencia fueron suspendidos. Actualmente si uno entra a la página oficial de USAID se informa que todo el personal contratado directamente por USAID será puesto en licencia administrativa. El cierre de esta dependencia es de extrema preocupación, pero lo es más que las personas que lo están llevando a cabo, parecen responder a una ideología y subcultura misógina denominada incel.
Si uno desea saber un poco más acerca de DOGE, la nueva dependencia a cargo de Elon Musk, la mejor forma de hacerlo es revisando la cuenta de Twitter de la agencia (@DOGE). Uno de los primeros mensajes de la cuenta establece lo que podría llamarse la misión del departamento: “¡Trabajando horas extras para garantizar que los dólares de sus impuestos se gasten sabiamente!” Sin embargo, el resto de mensajes muestra un claro patrón de rechazo y burla por los proyectos que financian temas de diversidad, equidad e inclusión, así como el apoyo a otros países: “El gobierno de los Estados Unidos aprobó recientemente las siguientes subvenciones: 45 millones de dólares para una beca de diversidad e inclusión en Birmania; 3 millones de dólares para “acción climática centrada en las niñas” en Brasil; $288,563 para diversos grupos de observadores de aves”.
Además de usar esta cuenta de Twitter para mostrar un rechazo abierto e invitación al escarnio a los programas de diversidad, equidad e inclusión, esta plataforma se utilizó para reclutar a los empleados de DOGE: “El equipo DOGE busca talentos de clase mundial para trabajar largas horas identificando/eliminando desperdicio, fraude y abuso. Estos son puestos asalariados de tiempo completo para ingenieros de software y, en general, todas las personas competentes y solidarias.” Sin embargo, en lugar de contratar personas competentes y solidarias parece ser que DOGE hizo un esfuerzo por contratar hombres blancos heterosexuales jóvenes, sin ninguna experiencia gubernamental y que ya tenían relación con algunas de las empresas de Musk.
El medio electrónico Wired, publicó este fin de semana un reportaje sobre algunos de los ingenieros jóvenes, sin experiencia profesional, recién salidos de la universidad, que trabajan en DOGE y algunos de los cuales estuvieron detrás de la toma de USAID. Esto hizo que algunas personas en redes sociales empezaran a denominarlos los “Muskovitas” o los “incels”. Desgraciadamente, lo que podría parecer tan sólo una broma del internet tiene detrás una serie de similitudes entre la ideología de DOGE y la ideología de la subcultura incel (o célibes involuntariamente).
Existe una fuerte relación y superposición entre la cultura incel y la hostilidad hacia la diversidad, especialmente en lo que respecta al género, la raza y el progreso social. En esencia, la ideología incel se basa en una visión del mundo rígida y jerárquica en la que ciertos hombres (normalmente blancos y socialmente conservadores) se consideran injustamente privados de estatus, poder o éxito romántico debido a los cambios sociales que favorecen a otros: mujeres, minorías u hombres socialmente más liberales. Esto se manifiesta a menudo en el resentimiento hacia la diversidad y la inclusión, que perciben como fuerzas que erosionan sus ventajas tradicionales. Es preocupante que el personal, los mensajes y las acciones de DOGE reflejen estas ideas reaccionarias y excluyentes. Permitir la desaparición de USAID sentaría un peligroso precedente: cualquier programa que fomente la equidad y la diversidad en Estados Unidos y el extranjero podría correr la misma suerte.
Especialista en temas anticorrupción.
@itelloarista