Hoy todos los reflectores están dirigidos a Donald Trump y su llegada a la presidencia de Estados Unidos; los diarios especulan, y con razón, sobre cuál de las “locuras” prometidas por este personaje será cumplida y cuántas más vendrán durante su mandato. Cuando López Obrador ganó las elecciones de México en 2018, también hablaba mucho. El caso del aeropuerto de Texcoco es emblemático porque él siempre prometió cancelarlo y una buena parte de la población, de los empresarios, pero incluso de su propio gabinete (Alfonso Romo, sobre todo) insistieron en que no sería así. Cuando efectivamente lo canceló, inició la credulidad de la incredulidad.

La falta de compatibilidad entre la realidad frente a los pensamientos y emociones personales, producen un conflicto interno —disonancia— que la mente trata de armonizar creando un puente entre ambos a partir de la construcción de razonamientos tendientes a reducir esta tensión y dar cierta coherencia; a esto se le llama disonancia cognitiva.

Esto sucede, en mayor o menor medida, con todo lo que “estorba” a nuestra zona de confort o al statu quo. Se trata de un efecto derivado de la resistencia al cambio cuando sobrevienen movimientos repentinos o radicales en nuestro entorno, que nos inquietan.

Ocurrió con el cambio de régimen en México y ahora pasa también con Trump: “no puede imponer aranceles a México y Canadá”, “imposible que deporte en masa a indocumentados”. Cuando AMLO presentó sus más de 20 reformas el 5 de febrero de 2024, muchos sostenían que Sheinbaum tendría su propio sello y no las impulsaría. Ya entraron en vigor.

Acerquemos un poco más el lente y enfoquemos el sector de telecomunicaciones de nuestro país. Pues bien, nos guste o no, y podemos, desde luego, discutir sus bondades, es evidente que se está configurando lo que será un gran operador estatal. Aquí tiene usted los elementos:

1. Durante el gobierno de AMLO se creó la empresa CFE Telecom, que tiene como objeto prestar servicios de telecomunicaciones sin fines de lucro, y después se adquirió el control de la empresa Altán, la concesionaria de la red compartida mayorista que fue diseñada en la reforma constitucional de 2013 y que opera toda la banda de 700 MHz, por la cual no pagó nada.

2. Se reformó la Constitución para establecer que el internet que provea el Estado es una actividad estratégica, es decir, un monopolio estatal al que se ha excluido de ser regulado como tal.

3. Se inició ya el proceso jurídico de desaparición del IFT y todo indica que sus funciones serán fragmentadas, de manera tal que el poder de decisión se encontrará centralizado en el Ejecutivo.

4. Se elaborarán nuevas leyes de telecomunicaciones y de competencia económica. Borrón y cuenta nueva.

5. La semana pasada, que tanto enojó a Sheinbaum y se canceló, tal y como lo advirtió en su mañanera: en dos semanas.

6. Al día siguiente, , sujetándola a la condición de que CFE renuncie a su concesión minorista en 20 días.

La licitación, que fue cancelada rapidito por los cuatro comisionados del IFT, enterrando así lo poco que quedaba del organismo, incluía espectro que será muy útil para la consolidación del nuevo gran operador estatal que estará en manos de CFE/Altán, y así será aun cuando la disonancia cognitiva no nos permita aceptarlo todavía. Parte de ese espectro, seguramente, será adjudicado de forma directa al nuevo “Operador del Bienestar”, que prestará servicios a usuarios finales sin ningún obstáculo.

Abogada, presidenta de Observatel y comentarista de Radio Educación

X y Threads: @soyirenelevy

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