Mientras el presidente Donald Trump continúa utilizando su pluma como cañón para lanzar órdenes ejecutivas, las demandas por parte de la oposición se disparan para contraatacar. De acuerdo con The New York Times, al menos 68 órdenes han sido bloqueadas temporalmente por juezas y jueces de diferentes partes del país.
Trump continúa sus amenazas en contra del Poder Judicial, pero me parece importante conocer quiénes son las y los jueces que han bloqueado sus acciones. ¿Son tan corruptos, liberales y parciales como él acusa?
Steve Vladeck, un académico destacado de la Universidad de Georgetown, publicó una investigación la semana pasada sobre los perfiles de estos jueces. Encontró que las 68 sentencias que han bloqueado las órdenes de Trump provienen de 51 jueces de distrito que han sido nombrados por siete presidentes diferentes. Además, trabajan en 14 tribunales de distrito distribuidos en ocho circuitos diferentes. Vladeck también encontró que, aproximadamente, una de cada cinco sentencias que detuvieron una política de Trump provino de un juez de distrito nombrado por un presidente republicano, incluidos jueces nombrados por el presidente George W. Bush y el presidente Ronald Reagan.
Este último dato es clave para entender la importancia de la independencia judicial. Aunque las y los jueces sean nominados por un presidente y votados por una legislatura, estos deben mantenerse alejados de cualquier presión y compromiso político una vez que ejercen sus cargos. Además, no están obligados a mantener los mismos principios ideológicos que la persona que los nomina. Un claro ejemplo de esto es el ministro Anthony Kennedy, quien fue nominado a la Corte Suprema por el presidente Ronald Reagan. Aunque Reagan mantenía una postura conservadora, Kennedy votó en diversas ocasiones a favor de cuestiones liberales como el derecho al aborto y el matrimonio igualitario. La filosofía de Kennedy estaba relacionada con la libertad de la ciudadanía y su guía no eran los compromisos políticos, sino la Constitución estadounidense.
En conclusión, la evidencia nos demuestra que si diversos jueces provenientes de diferentes tribunales y nombrados por distintos presidentes están bloqueando tantas órdenes del mismo presidente, tal vez podríamos estar de acuerdo en que el problema no son las y los jueces, sino las decisiones del presidente que desafían el sistema estadounidense.