Es una verdadera mentira asegurar cuáles son los gustos de las nuevas generaciones en torno al deporte.
Decir que prefieren consolas o televisión, asegurar que no les interesa practicarlos, que el deporte vivo está siendo superado por las consolas, es una verdadera mentira, llena de desinformación y sólo es ir con la corriente de la dizque estrategia.
Por condiciones sociales, psicológicas y de comportamiento humano, es fundamental que existan los eventos deportivos.
Es el evento donde una tribu se da cita y una ceremonia en la que se mezcla la pasión, la tradición, el amor, la herencia y las costumbres, porque todo eso se une en un solo objetivo.
Todos quieren vivir la experiencia en el lugar de los hechos. Por eso, es importante esa actividad en el sports marketing, porque es ir al “templo”, es ver a los guerreros “vivir o morir”; claro, en el sentido figurado.
Eso jamás será superado, jamás será sustituido.
Es muy cierto que hay nuevas actividades, las cuales pueden ser digitales, de inteligencia artificial, pero el ser humano tiene otras necesidades, tales como la competencia, el contacto físico, la vida y la muerte, el triunfo y el fracaso.
El deporte en vivo jamás podrá ser superado.
Por ese mismo motivo, es importante que todas aquellas actividades que viven alrededor del evento sean memorables.
Les pondré un ejemplo: Todo aficionado al beisbol quiere ir —algún día en su vida— al estadio de los Yankees de Nueva York; no importa si ya lo vio en televisión, si jugó mil veces en la consola de videojuegos o si vio alguna serie en cualquier plataforma.
Lo cierto es que quieren ir al estadio y visitar la casa que construyó Babe Ruth.
Desde aterrizar en Nueva York, visitar algún museo, subirse al metro, llegar al estadio, comer un hot dog y tomar cerveza, ver al equipo salir al diamante, escuchar la música en el sonido local del estadio y ver a su equipo favorito... Es una de las cosas que recordará cuando el aficionado abandone este plano, nada sustituye eso.
Todo lo que he mencionado es la base del espectáculo.
A partir de ahí, tiene que trabajar la industria del entretenimiento deportivo en la famosa experiencia; esa es la base, y la experiencia tiene muchas aristas, ya sean en el propio evento, como en una consola. También, en un evento al otro lado del mundo.
En un teléfono o en una computadora, somos una especie que necesita el contacto, oler, probar y vivir, por más que avance la tecnología. Eso jamás será sustituido.