Hace unos meses, cuando la campaña electoral en EU estaba en pleno apogeo, varios colegas se enojaban y se decían preocupados por un eventual retorno de Donald Trump a la presidencia de EU.
Yo nunca lo tomé como una amenaza y creí incluso que el mismo establishment gringo lo controlaría. Sin embargo, en ese entonces no existía el factor Elon Musk en la ecuación, la cual, ya comienza a preocuparme y hasta darme un poco de miedo.
El magnate vendedor de autos eléctricos y censor en redes sociales está de nuevo en los reflectores. Ahora resulta que X, antes conocido como Twitter, está bloqueando enlaces a Signal.me, el acortador de URL de la app de mensajería Signal. Esto sucede justo cuando el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) empieza a desmontar agencias federales y los empleados necesitan canales seguros para comunicarse. Qué coincidencia.
Musk se ha vendido como un adalid de la libertad de expresión, pero al menor indicio de crítica, responde con bloqueos y restricciones. Esta vez, los afectados son miles de trabajadores federales que han sido despedidos mientras DOGE sigue su cruzada por achicar el gasto público, sin importar si eso implica cerrar agencias completas como USAID o dejar sin empleo a quienes mantenían funcionando la infraestructura de seguridad aérea. La NASA y el Departamento de Educación tampoco se han salvado.
El problema es que, para muchos de estos trabajadores, Signal se había convertido en la única vía segura para compartir información sin temor a represalias. Pero parece que Musk ha decidido cortarles el acceso. Ahora, si alguien intenta compartir un enlace de Signal.me en X, el mensaje simplemente no se envía o aparece un aviso de que la solicitud "podría estar automatizada".
Pero la influencia de Musk no se queda ahí. Mientras juega al censurador digital, también está ganando terreno en la administración pública de Estados Unidos. La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) acaba de despedir a cientos de empleados, y según CNN, SpaceX ha sido seleccionada para ayudar a desarrollar un nuevo sistema de control de tráfico aéreo.
Los despidos afectan a trabajadores en período de prueba o recientemente contratados, incluyendo especialistas en certificación de aeronaves, ingenieros y arquitectos. Los controladores aéreos no están en la lista de recortes. Sin embargo, en lugar de reforzar la infraestructura de seguridad, el gobierno prefiere cederle a Musk el control de otro sector estratégico.
Todo esto suena a un mal guion de ficción, pero aún hay más. Musk y Trump han aparecido juntos en una entrevista doble que se transmitirá en Fox News. En los adelantos, ambos hacen bromas sobre su "relación", pero lo realmente preocupante es que Trump está delegando cada vez más responsabilidades en un empresario que nadie eligió en las urnas, pero cuyo poder se expande a ritmos alarmantes.
Estamos hablando del dueño de la red social más conflictiva del mundo, el líder de la industria de los vehículos autónomos, el propietario de la red neuronal más grande que existe, el promotor de una futura industria de robots y el tipo que quiere colonizar Marte. Si todo eso no te asusta, tal vez yo sea el que necesite una dosis extra de pasiflora.
DOGE sigue su camino con despidos masivos y desmantelamiento de agencias, mientras que Musk, con la excusa de la eficiencia y la innovación, se apodera de sectores clave. Que tal que los contratos de defensa terminan en manos de SpaceX o que Neuralink tenga acceso preferencial a desarrollos militares. ¡Ay, nanita!
Por ahora, los efectos inmediatos ya se ven. Miles de empleados públicos han perdido sus trabajos sin aviso previo, la seguridad aérea está en manos de un empresario que prioriza la velocidad sobre la regulación, y la comunicación segura entre trabajadores está siendo bloqueada en una de las plataformas de redes sociales más usadas en el mundo.
Elon Musk podría estar construyendo su propio feudo dentro del gobierno de Estados Unidos, respaldado por un presidente que busca aliados con influencia tecnológica y financiera. Mientras tanto, los ciudadanos comunes solo pueden ver cómo el poder se centraliza en manos de unos pocos, con cada vez menos espacios para el escrutinio y la crítica. La posibilidad de que el presidente “Trumpsk” se desvíe es muy alta.
Si el plan es reemplazar agencias gubernamentales con empresas privadas dirigidas por multimillonarios, prepárate para la próxima lucha por los derechos ciudadanos en EU.
Si algo es claro, es que el "presidente en la sombra" ya no es solo una teoría. El presidente Trumpsk es una realidad que avanza a paso firme, con el respaldo de una administración que no teme cederle el control de sectores clave a un empresario que hace y deshace a su antojo. Y lo peor es que lo hace con una sonrisa y un discurso de "libertad" que solo aplica cuando le conviene.
APUESTA POR LO PHYGITAL
En un país donde obtener un crédito puede ser más difícil que encontrar estacionamiento en el Centro Histórico, la Sofom Aviva, dirigida por Filiberto Castro, apuesta por una estrategia “phygital”. Su ventaja es mezclar tecnología con kioscos físicos donde cualquier persona puede acceder a un préstamo de hasta 20,000 pesos en una videollamada de siete minutos.
La empresa ya opera en 42 ciudades de seis estados con baja bancarización, pero quiere más. Su plan es llegar a 150 ubicaciones antes de que termine el año. Para lograrlo, cerró una línea de crédito por 90 millones de pesos con Addem Capital y Banco Covalto, quienes pusieron la mitad cada uno en esta segunda ronda de financiamiento en 12 meses.
El objetivo de Aviva es triplicar su cartera de clientes para mediados de 2025, mientras que Addem Capital, de Pedro Cetina y Óscar Durán, sigue apostando por empresas que fomentan la inclusión financiera. Si todo sale bien, millones de mexicanos podrán acceder a créditos sin trámites interminables con esta estrategia phygital.
BATALLA POR LAS MARCAS
Una de las mayores apuestas de la presidenta Claudia Sheinbaum es fomentar la ciencia y tecnología en el país. Entre tantas iniciativas, le ha dado varias encomiendas al Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para acelerar los trámites de patentes, sin embargo, también debería poner atención en el uso de marcas pues muchas Pymes mexicanas pueden verse acorraladas por grandes corporativos cuando sus nombres comerciales entran en disputa.
Un caso reciente y triste es el de BeScience México, empresa fundada en 2011 que vende equipos y consumibles en América Latina. En 2018, detectó que Bayer de México utilizaba su marca sin autorización en su sitio web. Tras intentos fallidos de solución, BeScience presentó una denuncia ante el IMPI en 2019. El veredicto llegó en diciembre de 2024: Bayer usó la marca ilegalmente y recibió una multa de medio millón de pesos. Bayer intentó anular el registro de BeScience México con seis procedimientos legales, todos rechazados.
Por ello, si el gobierno busca fomentar la innovación, también debe proteger a las Pymes de abusos legales. Porque de nada sirve acelerar las patentes si las pequeñas empresas terminan perdiendo su identidad frente a gigantes que juegan con ventaja.
Columnista y comentarista