En el mundo de los negocios y la tecnología, cuando parece que el día es árido, de pronto saltan de golpe varias historias. Ayer lunes fue uno de esos días. La agenda pintaba para ser una de esas jornadas perfectas para publicar temas propios, hasta que aparecieron pequeñas notitas que no podían pasar desapercibidas.

Por ejemplo, ayer las acciones de Intel cayeron 5% después de que circulara la versión de que el gobierno de Estados Unidos evalúa comprar una participación de alrededor de 10% en la fabricante de microprocesadores.

Se habla de convertir parte o la totalidad de los 10.9 mil millones de dólares en subsidios de la Ley de Chips y Ciencia en capital dentro de la empresa. Con la valuación actual de Intel, ese 10% equivaldría a unos 10.5 mil millones de dólares, es decir, el gobierno de Washington sería el principal accionista de la compañía.

La noticia de tener al Tío Sam sentado en el consejo de Intel, es otro capítulo de la novela entre la empresa y el gobierno de Donald Trump. En el capítulo anterior, el mandatario estadounidense se reunió personalmente con Lip-Bu Tan, director ejecutivo de Intel, a quien días antes se le había exigido su renuncia.

Al directivo se le acusa de tener conflictos de interés por supuestos vínculos con empresas de semiconductores relacionadas con el Ejército y el Partido Comunista de China. En pocas palabras, el CEO de Intel habría tenido intereses demasiado cercanos a Pekín para el gusto de la Casa Blanca.

Sin embargo, tras el encuentro, Donald Trump terminó describiendo la vida de Tan como una “fascinante historia”. Mientras tanto, la incertidumbre quedó instalada en los mercados, que ahora no solo siguen el precio de los chips, sino también la trama política que rodea a Intel.

Google monopolístico

Otro de los gigantes tecnológicos que tiene encima al Tío Sam es Alphabet, la matriz de Google. Como se sabe, un Tribunal de Distrito de EU ya declaró a Google culpable de mantener de forma ilegal su monopolio en el mercado de búsqueda y publicidad de texto. La noticia no ya sorprende tanto, sin embargo, se espera que de un momento a otro se conozcan las medidas correctivas.

Aquí es donde los analistas empiezan a pulir su bola de cristal porque el fallo podría sonar fuerte, pero no demasiado. Lo más probable es que la justicia imponga restricciones duraderas en temas como la distribución de productos, el intercambio de datos y el comportamiento competitivo de Google, incluyendo su coqueteo con la inteligencia artificial.

El golpe no sería tan severo pues Google no tendría que vender ni Chrome ni Android, dos de sus niñas preciosas. Eso ya es una victoria en sí misma.

Pero ojo, este capítulo apenas comienza pues los expertos consideran que lo realmente preocupante es el caso antimonopolio de la tecnología publicitaria, donde Google concentra buena parte de su poder y de sus ingresos. Ese expediente promete mucho más ruido, con posibilidades reales de una ruptura más seria en el modelo de negocio de la compañía. El fallo sobre la publicidad digital se espera después de septiembre.

Ame Digital

En tiempos donde el futbol también se juega en la nube, el Club América decidió que ganar fuera de la cancha y ahora quiere marcar más goles en el terreno digital. Para ello lanzó una nueva plataforma de entretenimiento, compuesta por una aplicación y página web renovadas, con las que busca reforzar la relación con sus millones de aficionados.

La nueva apuesta tecnológica viene impulsada por Sportian, la división deportiva de Globant, que metió al América en su plataforma Maker. Con este fichaje digital, el club presume que los usuarios ahora podrán comprar boletos, mercancía oficial y consumir contenido multimedia, además de seguir estadísticas y partidos en tiempo real.

El equipo de Coapa (el 16 veces campeón del futbol mexicano) asegura que estas nuevas herramientas serán la base para futuros desarrollos y para ofrecer experiencias personalizadas. Es que la fidelidad del aficionado ya no solo se mide en la tribuna, sino también en descargas y clics.

El América podría tener más de 45 millones de seguidores en todo el continente. Esta cifra explica por qué el salto digital no es un capricho, sino un negocio que busca colocarlo en la misma liga tecnológica de los equipos europeos que dominan en redes y apps. El América quiere ser campeón también en el ecommerce deportivo de México.

Tienda de raya digital

En esto de la digitalización siempre hay dos caras. De un lado, empresas y clubes deportivos que aprovechan la tecnología para conectar mejor con su gente. Y del otro, líderes sindicales que la usan para disfrazar prácticas que huelen más a tienda de raya que a innovación. Ese es el caso del Sindicato Nacional de la Industria Alimenticia y de Comercio (SNAC), donde su secretario general, Alejandro Martínez Araiza, presume un “sindicalismo moderno” con su Plataforma Inteligente de Impacto Social (Pliis), pero en realidad parece un negocio disfrazado de app.

El invento de Martínez Araiza mueve más de 51 millones de pesos al año, y se presenta como un modelo de beneficios digitales para los 17 mil trabajadores del SNAC. Bajo el eslogan “Tu cuota vale por 30”, se pide una aportación extra de 252 pesos mensuales a cambio de cupones, descuentos, asistencia médica, funeraria y hasta financiamiento.

El problema es que esos servicios no los maneja el sindicato, sino terceros, y su costo real difícilmente rebasa los 100 pesos por persona. O sea, el sindicato vende “beneficios” con un muy probable sobreprecio. Una especie de reempaque digital de lo que el trabajador podría contratar por su cuenta.

La cereza en el pastel son los créditos pues el sindicato ofrece préstamos para pagar en 6 o 12 semanas con intereses de 10%. Dicho en cristiano, se trata de un crédito más caro que los bancos. Ese 10% en seis semanas se traduce en casi 160% anual, un modelo que raya en la usura. La vieja práctica de clavar el diente ahora viene con app, logo y discurso aspiracional.

Así que, mientras Martínez Araiza predica modernidad, en realidad está aplicando la misma receta de siempre: cobrar caro y bautizarlo como innovación. La tienda de raya ahora viene con su app.

Micromomentos de pantalla

En entregas pasadas ya te había contado cómo el streaming y la Televisión Conectada (CTV) se están convirtiendo en la nueva cancha donde se juega la publicidad. Ahora, el tema ya no es si las marcas deben migrar sus presupuestos a digital, sino cuánto tardarán en hacerlo sin perder la brújula.

De acuerdo con US Media, el cambio es inevitable pues la segmentación quirúrgica, la medición precisa y el bendito ROI hacen de estos neo-medios la nueva panacea. Juli Henry, VP de Ventas de US Media, asegura que el streaming y la CTV ya no son moda, sino requisito. El “prime time” se murió y lo que manda ahora son los micro momentos, es decir, esos ratitos de audiencia a cualquier hora, en cualquier pantalla.

Un informe de iab México y Samsung confirma que el consumo de streaming en el país creció 26.7% en sólo siete meses de 2024. Para 2025, la tendencia seguirá acelerada y se estima que en América Latina el mercado OTT alcanzará los 11 mil 600 millones de dólares este año. Horizon Databook confía que alcance los 21 mil 663 millones de dólares para 2030 sólo en México.

Dice US Media que invertir en CTV no garantiza nada si las marcas no controlan la carga publicitaria, no diferencian su contenido y no demuestran con datos que cada peso invertido regresa multiplicado. Por ello, no se trata de correr a la moda digital, sino de evitar que la publicidad en streaming termine saturando las pantallas como la tele de siempre, solo que ahora vía Wi-Fi.

Columnista y comentarista

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