Las batallas contra el fentanilo en Estados Unidos recuerdan el sufrimiento del pueblo chino en la Guerra del Opio. Personas morían por las drogas y se buscaban responsables dentro y fuera de la muralla.
En la China del siglo XIX no se usaba el término “zombi” pero ya vagaban adictos, entre la vida y la muerte. Hoy la Unión Americana tiene una amenaza similar, miles pierden su calidad humana. Entonces, lo que creaba zombis en las provincias chinas era la adormidera, la planta del opio. Ahora el fentanilo los multiplica, desde Filadelfia y Pensilvania, hasta Denver y San Francisco. Y sumamos las 106 mil muertes por sobredosis reportadas sólo en 2021.
En el caso chino, remembremos la carta célebre de Comisionado Imperial Lin Zexu a la Reina Victoria de Reino Unido en 1839. Con desesperación, reclama el envío de estupefacientes: “Supongamos que hubiera un pueblo de otro país que llevara opio para venderlo en Inglaterra y sedujera a vuestro pueblo para comprarlo y fumarlo. Seguramente, vuestro honorable gobernante aborrecería profundamente esto.” El resultado lo conocemos, China fue invadida y sometida.
Ahora, en EU escuchamos gritos y medidas antidrogas, con efecto impredecible. Hace unas semanas, el Senado recibió la “Iniciativa Combatiendo el Tráfico de Fentanilo de China y México (S.1689)” que además de ser un instrumento legal es un discurso. No sabemos si será aprobada, pero sí que se discute a nivel federal, local, con los medios y la sociedad estadounidense e instancias internacionales.
El Senado de EU tiene más recursos que Lin Zexu en el ocaso imperial chino, no obstante, el problema es igual de grande. Aunque se lograra imponer sanciones a ciudadanos chinos o intervenir con inteligencia en puertos y aeropuertos mexicanos, la ley no asegura frenar el comercio de fentanilo. EU tiene dos grandes océanos, fronteras porosas y múltiples puntos de acceso desde el Caribe. La droga se puede producir también in situ, así como los químicos para crearla. Por ello, es útil para aclarar si el fentanilo es un problema doméstico o internacional.
La iniciativa S.1689 todavía tiene un largo recorrido en las discusiones de las dos cámaras legislativas y la Casa Blanca. Aun así, es un poderoso discurso. Es una preocupación genuina, como la del Comisionado Imperial chino. Exhibe a un gobierno afectado por cientos de zombis, muertes y violencia del narcotráfico, sin saber como remediarlos. Muestra que EU busca responsables en el extranjero.
En nuestro siglo XXI, el gobierno chino tiene poder y recursos para evitar injerencia y ciertas sanciones de EU, amén de las drogas. México negocia desde la asimetría y está obligado a participar en el combate del narcotráfico. Empero, en ambos países existe un sentimiento antinorteamericano y la idea de que el primer culpable del consumo de narcóticos son los consumidores.
Lo más serio de esta iniciativa ante el fentanilo, China y México es la asignación de recursos, es lo que la salva de ser un simple discurso. 100 millones de dólares anuales irían al cumplimiento de la ley en México y narcóticos, de 2024 a 2027. Además, EU reconoce que uno de los grandes brazos del narcotráfico es el financiero y ahí deben enfocarse las sanciones.