Sin duda el mercado de alimentos para mascotas en México es uno de esos unicornios que ha alcanzado ganancias millonarias record en la última década. Algunos expertos afirman que con la llegada de los llamados milenials y generación zeta a los ámbitos productivos, la demanda se ha intensificado aún más con la llamada “humanización”, de los “perrijos” y “gatijos”, quienes hoy tienen fiestas de cumpleaños, comidas gourmets, snacks especiales, tratamientos tipo spá, pastas dentales, probióticos, prendas de ropa y todo tipo de accesorios para consentirlos.
Confieso que yo soy de esa tribu que los considera miembros de la familia. Tengo dos perros french poodle llamados Luke y Taylor a los que quiero tanto como a mis hijos humanos y por ello veo con preocupación el crecimiento de la venta de croquetas falsificadas o croquetas pirata, tema que aún no es muy conocido, pero del que cada vez se habla más por ser una amenaza silenciosa que pone en grave riesgo la salud de millones de animales de compañía.
Varios lectores nos han escrito para narrar sus experiencias con estos alimentos que se venden como originales, que lucen prácticamente igual y que quizá hasta utilizan los mismos moldes de las marcas, pero que obviamente no tienen los mismos ingredientes y hasta puede que usen sustancias peligrosas para dar el aspecto de las originales.
Es urgente que la Profeco inicie visitas a mercados y tiendas de barrio que son los puntos preferidos de los piratas y señalados por veterinarios y consumidores como los canales principales de la venta de alimento apócrifo o caduco, haciéndolo pasar por marcas premium y reconocidas como Royal Canin o Nupec. Aunque también nos han escrito para denunciar los canales de venta online como Mercado Libre y el mercado de Facebook.
Para dimensionar el problema, es fundamental entender el valor de la industria formal que el fraude está mermando. Según datos de varias consultoras económicas, el mercado mexicano de alimentos para mascotas es uno de los más dinámicos de América Latina y se estima que tan sólo hasta 2024 en México alcanzó un valor de aproximadamente 3,290 millones de dólares, pero con proyecciones de crecimiento continuo que lo acercarían a los 4,580 millones de dólares para finales de 2029.
En este aspecto el segmento de las croquetas para perros es el líder indiscutible, representando una porción dominante del mercado total, estimado por las mismas consultoras de negocios en unos 2,290 millones de dólares hasta el año 2022, todo ello debido al incremento de la población canina con hogar fijo. El crecimiento del sector ha impulsado fuertes inversiones en el país, pero también la mencionada piratería de croquetas.
La lectora C.S menciona que se ha encontrado en lugares como Ebay y otros portales de venta en Asia, venta de moldes de croquetas para perros de marcas reconocidas e incluso bolsas falsificadas que lucen muy similares a las originales.
“Esto es preocupante porque significa que las croquetas pirata se podrían elaborar en espacios pequeños con procesos e ingredientes peligrosos y al final son vendidas a granel a las tiendas de barrio y mercados, que prefieren ahorrarse hasta un 50 y 60 por ciento e incrementar sus ganancias. ¡Ah porque eso sí! El precio a granel es exactamente el mismo que el de la bolsa de dos kilos, con la diferencia de que los amos pueden comprarlo en pocas cantidades y distribuir el dinero de sus quincenas”.
Hace un par de años todos nos horrorizamos con las imágenes de las fábricas piratas chinas que volvían a llenar botellas de un costoso whisky con algún derivado de alcohol de baja calidad al que pintaban con un colorante rojizo. Si bien no existen cifras oficiales detalladas sobre cuánto dinero mueve específicamente la falsificación de croquetas, el fenómeno de la piratería de alimentos en general es un problema grave que podría alcanzar miles de millones de pesos anuales en el mercado informal mexicano.
La venta de croquetas falsificadas o adulteradas drena las ganancias legítimas de las empresas formales que invierten en estudios y pruebas de calidad. Incluso se ha habla de falsificación total de bolsas de marcas premium que son vendidas con descuentos sospechosos en redes sociales.
"Pedimos una bolsa supuestamente de Proplan, y al recibirla no tenía nada que ver con el alimento real en olor ni en el tamaño de la croqueta. Venía en un bulto simple sin datos de nutrición o proteína," alertó un veterinario en un video que circula en internet.
Los especialistas advierten también que aunque sea original el alimento a granel, al estar expuesto pierde su sellado de fábrica, quedando vulnerable a la humedad, el calor y la exposición a hongos, micotoxinas y bacterias. La contaminación puede derivar para nuestras mascotas en graves problemas gastrointestinales, diarreas y, en casos severos, afecciones respiratorias por la inhalación de hongos.
También al estar expuestas a la oxidación, las vitaminas, grasas y aceites, como los omega, se enrancian o degradan, reduciendo el valor nutricional del producto, incluso si originalmente era de buena calidad.
Si una oferta es demasiado buena para ser verdad, es muy probable que no lo sea.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), son las autoridades responsables para esta nueva batalla, por ello debemos denunciar como ciudadanos cualquier venta sospechosa o producto que ponga en duda la salud y nutrición de las mascotas.
Hay que hacerlo por nuestros queridos hijos peludos, nuestros lomitos que dependen de nosotros más que niños pequeños. Como todo en México, las autoridades no dan su brazo a torcer hasta que hay una avalancha de denuncias, por eso hay que comenzar a `poner el dedo en esta peligrosa llaga.
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