Un día después de que el PAN anunciara su triunfo en la alcaldía de Cotija, Michoacán, la alcaldesa Yolanda Sánchez Figueroa salió del palacio municipal en compañía de un escolta y caminó por la calle Mina hacia un gimnasio cercano.
Hoy ella y su escolta están muertos.
Antes de que alcanzaran la puerta del gimnasio, les dispararon 19 veces con fusiles de asalto 7.62 desde una camioneta.
Una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación, supuestamente un grupo denominado “Calaveras”, se adjudicó el atentado.
El proceso electoral se había calentado en Cotija de la Paz, en la frontera con el estado de Jalisco. El cierre de campaña de la candidata de la coalición Morena-PVEM-PT, Estrella Mendoza, terminó a balazos cuando sujetos a bordo de cuatrimotos accionaron armas largas y la multitud huyó en estampida presa del pánico. “Resguárdense donde puedan”, se oía desde las bocinas del mitin.
La candidata morenista y su equipo lograron resguardarse en un negocio.
Varias semanas antes de la elección se reportó la desaparición del regidor del PAN Arnulfo García Figueroa. Se indicó que un grupo armado lo había extraído una madrugada de su domicilio. No volvió a saberse de él.
No era el único caso de desaparición forzada: en diciembre del año pasado decenas de pobladores del municipio bloquearon los accesos para exigir la aparición de sus familiares. Una convocatoria realizada en redes sociales los había invitado “a ti, mamá, hermana, hija, familia de un desaparecido sacada de casa” a “no callar más” y “gritar a los 4 vientos el nombre de tu ser querido”.
Un mes antes de que se llevara a cabo la jornada electoral, un enfrentamiento entre la Sedena y sicarios del llamado Grupo Delta, una célula del Cártel Jalisco dedicada a operaciones de alto impacto, dejó diez muertos.
El panista Alberto Contreras Mendoza denunció que la forma de vida había cambiado en Cotija tras el choque sangriento que protagonizan en la región Cárteles Unidos y el CJNG: al caer la noche “la plaza ya está sola, la gente que vende comida ya cerró y todo mundo se va a su casa a resguardarse lo más que puede, porque tienen claro que viven en una zona de conflicto… Es como una Franja de Gaza”, declaró.
La alcaldesa Sánchez Figueroa también tenía sus propios conflictos. El 17 de abril de 2023, 60 sicarios armados, acompañados por presuntos integrantes de la Guardia Civil, desarmaron a una decena de municipales, les quitaron los radios y encararon a las puertas del palacio municipal a la alcaldesa y al director de seguridad, Leo Báez.
Uno de los policías relató que el hombre que iba al mando le pasó un teléfono celular a Sánchez Figueroa y que a través del manos libres se escuchó como un jefe del CJNG le ordenó remover al director de seguridad “porque ellos traían la consigna de poner a otro”.
Tras estos hechos, el secretario de seguridad pública del estado acudió al municipio, cesó al director y le tomó protesta a uno nuevo –que se fue de Cotija dos días después.
Fuentes de inteligencia informan que la candidatura de la alcaldesa Sánchez Figueroa fue “palomeada” en 2021 por Cárteles Unidos, el grupo que controlaba de manera hegemónica esa parte de la frontera con Jalisco: se convirtió así en la primera presidenta municipal de Cotija.
La alcaldesa pidió una licencia temporal para “atender asuntos de salud” luego de la incursión del CJNG. Le dieron una por 60 días. Cinco meses más tarde, cuando arreciaba la guerra entre las organizaciones criminales, fue citada en Zapopan. Jalisco. Adujo que iba a una revisión médica. De acuerdo con las fuentes de inteligencia consultadas, en realidad se reunió con un político michoacano para abordar el tema de la inseguridad “y buscar un arreglo”.
Según la versión oficial, al salir de la cita médica, Sánchez Figueroa fue a un centro comercial en compañía de dos familiares. Al salir del lugar abordó un taxi. En Avenida Patria y Gabrielle D’Annunzio le cerraron el paso una camioneta y un grupo de motocicletas.
Era una tarde de sábado. La mantuvieron privada de la libertad durante 59 horas. Trascendió que el secuestro había sido realizado por el Cártel Jalisco. La alcaldesa fue liberada en la madrugada del martes en Mazamitla, Jalisco, a 130 kilómetros de Zapopan.
Tomó un autobús de pasajeros y desde ahí se comunicó con el director de seguridad pública de Cotija. La Guardia Nacional interceptó el autobús en Villamar y la condujo hasta el municipio.
Se dijo que tres hombres involucrados en su privación de la libertad habían sido detenidos, pero no se dio seguimiento al caso.
Nadie supo qué ocurrió. Ella guardó silencio. Interrogado sobre el caso, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla se mostró evasivo: “Estamos atendiendo el tema”.
La amenaza estaba activa desde entonces.
Horas después de la elección en la que el PAN refrendó su triunfo la asesinaron con 19 tiros.
El homicidio de la alcaldesa de Cotija nos recuerda que todos, absolutamente todos los problemas anteriores al 2 de junio, continúan ahí.