“Me bajó los pantalones sin que yo lo pudiera consentir, para luego aventarme en la cama y terminar de quitármelos, cuando me sentí desnuda frente a él entré en pánico y shock … quería empujarlo lejos de mí y gritar, pero como ya lo dije no me podía mover y no me salía la voz, solo me paralicé de miedo…”.
Sofía tenía 17 cuando Diego “N”, de 20, la invitó a una reunión en su casa. Su denuncia está cargada de detalles: en compañía de otros amigos tomaron bebidas preparadas con tequila en la terraza y jugaron cartas. A la medianoche, Sofía y la amiga con la que había llegado a la reunión se despidieron. Diego le insistió que se quedara. Le prometió que la llevaría más tarde a su casa. Sofía accedió.
“Seguimos en la terraza platicando y tomando bebidas alcohólicas, para ese momento yo ya me sentía muy mareada por el tequila”, relata Sofía en su denuncia de hechos. Al poco rato los amigos se fueron. Diego la llevó de la mano a la parte alta de la casa. “Creí que íbamos a la sala de videojuegos”, en donde se habían celebrado otras reuniones. Pero no fue así. La condujo a una recámara. “Nunca había estado en una situación parecida con un hombre y estaba desorientada por el alcohol”, recuerda Sofía. “Me espanté, caminé hacia atrás alejándome de él con miedo, poniendo frente a mí mis manos para alejarlo y diciéndole ‘no, no, no, espera’”.
Sofía dice que cuando todo terminó Diego la dejó sola en la habitación para que se vistiera y luego “me dijo como si nada que me llevaba a mi casa, solo lo seguí, no hablamos, sacó su coche y me llevó a mi casa… Cuando llegamos, lo único que yo quería era subirme a mi cuarto a llorar, me quedé un rato acostada en shock, ni siquiera recuerdo si me bañé, solo me puse la piyama y me acosté”.
Refiere Sofía que al día siguiente Diego le habló para decirle “que me tomara una pastilla del día siguiente o algo porque no había usado condón”.
La denuncia relata el proceso en el que la adolescente se encontró: “Yo no le quería contar a nadie, tenía miedo de decirle a mi mamá lo que había pasado… Un mes después aproximadamente, en un ataque de ansiedad volteé a ver el balcón de mi casa y se me cruzó la idea de que si brincaba ya no iba a sentirme mal, ni sentirme avergonzada, fue entonces cuando decidí contarle a mi mamá lo que había pasado”.
Sofía recibió un tratamiento sicológico: su doctora le aconsejó denunciar, “pero yo me sentía muy confundida y no quería hablar del tema”. Decidió esperar hasta que estuviera lista para enfrentar un proceso legal. El 10 de mayo de 2024 se abrió la carpeta CI-FDS/FDS-7/UI-FDS-7-01/568/05-24 en contra de Diego por violación.
Hoy, Sofía está a un paso de ir a la cárcel.
El pasado 11 de febrero, en la audiencia inicial, Diego negó los hechos y presentó un documento que mostraba que entre el 2 y el 3 de octubre de 2020 había viajado en compañía de su hermano a la Notaría 08 del Distrito de Sabinas, Coahuila, para ratificar un contrato de siembra de alfalfa ante el notario Jesús Ruiz Barreda.
Sofía conserva capturas de pantalla de su conversación con Diego aquella noche. Diego le había compartido su ubicación por WhatsApp. La conversación que se conserva es como sigue:
“Pasando la farmacia del ahorro”
“Llegó en 2”
“Okay”
“Ya llegue. Que digo o que”
“Casa 10. Y es en la Y a la derecha.
“Ok ya vamos”.
Esa misma noche, a las 22:22, Sofía sostuvo desde el domicilio de Diego otra conversación por WhatsApp:
“¿Qué acabaste haciendo?”
“Vine a casa de Diego por si gustas”.
Diego presentó un recurso de apelación. El 11 de julio se determinó que la Séptima Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia resolvería el asunto. Un trámite que suele llevar meses se resolvió en solo cuatro días. El 15 de julio el licenciado Sven Salas, del TSJCDMX, notificó que la apelación se había resuelto en favor del presunto violador y afirmó que las pruebas que este había aportado en la audiencia inicial eran completamente válidas, lo que acreditaba la inexistencia del delito de violación.
Sofia fue acusada de falsedad de declaraciones.
El 25 de julio, la fiscal Martha Karina Reyes Gutiérrez solicitó audiencia al TSJCDMX para imputarla por ese delito, en el que Diego, “miembro de una muy influyente familia”, según la defensa, aparece como víctima.
El juez de control será José Alfredo Sotelo Llamas, involucrado en el escándalo de una madre, Maha Schekaiban, a la que le fueron arrebatados sus cinco hijos, contraviniendo dictámenes y peritajes que indican que no hay evidencia de que ella haya tenido actitudes violentas en contra de ellos, y que atribuyen en cambio dichas conductas al padre, Bernardo Vogel, miembro de una de las familias más poderosas en la industria del acero, así como cercanas al poder político.
La defensa de Sofía teme que a través de actos de corrupción la consigna de llevar a la joven a purgar una pena de entre 3 y 12 años ya haya sido dictada, “por atreverse a denunciar a su agresor”.
La audiencia crucial se llevará a cabo el próximo 22 de agosto.