Es curiosa la animadversión del gobierno en turno contra la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). ¿A qué podrá deberse? En buena medida a que cobra la entrada, pues un evento de esa magnitud cuesta mucho dinero. Es decir, que podrá servir a la gente, pero no sirve al Pueblo, a diferencia de la Feria del Libro del Zócalo de la Ciudad de México, que es popular porque es gratuita y el Pueblo la patrocina con su propio dinero y para su propio beneficio. Es muy lindo.
Esa Feria del Zócalo es organizada por la Secretaría de Cultura de la CDMX en alianza con una "Brigada para leer en libertad", asociación civil que dirigen los funcionarios Paco Ignacio Taibo —supremo del Fondo de Cultura Económica y de EDUCAL— y Paloma Saíz Tejero, consejera y asesora de esa Secretaría de Cultura. Ambos funcionarios suelen declarar que "gracias al firme apoyo del gobierno capitalino" están al servicio del Pueblo, al que le han regalado más de 900 mil libros (que habrán sido costeados por alguien antes de ser regalados por ellos).
La presidentA Sheinbaum también puso en evidencia ese conflicto entre ferias buenas como la del Zócalo y malas como la FIL, que es “elitista” pues es “para la industria editorial” y no “para la gente comprometida con la transformación de la sociedad”. Los siguientes jefes, el Lic. Martí Batres y la Lic. Clara Brugada, también han dicho que “esta es una feria familiar, no una feria elitista”.
Todos repiten la sentencia dictada por el Supremo Licenciado López Obrador, quien acusó a la FIL Guadalajara de “estar dedicada contra nosotros” porque invita escritores que han sido declarados “conservadores” por el Pueblo (o sea por él). A esto el funcionario Taibo respondió de inmediato: “Quiero decir que como director del Fondo de Cultura Económica (FCE) coincido totalmente con los puntos de vista del Presidente de la República respecto al manejo político que la feria de Guadalajara está dando, convirtiéndola en un portavoz del pensamiento conservador”.
Esta desagradable tendencia a manejar políticamente las ferias de libros ha llevado al funcionario Taibo a “meterla doblada” (como le place decir) financiando expediciones del FCE a las ferias de Caracas y de La Habana, que no son elitistas ni conservadoras.
El pasado 11 de octubre, al inaugurar la XXIV Feria del Zócalo, ante la Lic. Brugada (quien aplaudió a esa feria “democrática y transformadora”), el funcionario Taibo aceleró la brigada liberadora con emotivos conceptos (conviene mirar el video en las redes). Para empezar, el funcionario dividió a los libros en los que son “un instrumento de pensamiento crítico que juegan un papel subversivo” (que son los buenos) y los que son “una basura que se esconde dentro de tu vida para estropeártela” (que son los malos). La sentencia, desde luego, la dicta él en su calidad de comisario nacional del libro.
Luego dijo que la Feria del Zócalo “ha sido dirigida de una manera magistral” porque la dirige él y porque su “discusión crítica” se hace “desde el punto de vista de la izquierda”. Y estipuló que “si la derecha quiere foros” debe construirlos invitando “a los tarados intelectuales de derecha a que tiren rollo”. ¡Pero los de derecha cobran! gritó entonces alguien.
Y entonces el funcionario explicó: “Claro que cobran, nomás faltaba, esto del neoliberalismo es autopracticable. No venden a sus madres porque sus madres no cotizan en el mercado, hombre, con perdón de las madres, que no tienen la culpa de tener un hijo pendejo o una hija pendeja”.
¡Todos a leer!