En los últimos años hemos visto la llegada de algunas marcas chinas de automóviles a México, con un común denominador, todos son más baratos que cualquiera de las marcas presentes en el país. Y cuando decimos más baratos, en algunos casos, son “mucho” más baratos.

La duda salta de inmediato, ¿por qué son así de baratos? ¿Es acaso que son más eficientes en la producción? ¿Tienen menos equipamiento? O ¿están vendiendo por abajo del precio regular con tal de penetrar en el mercado? Exploremos estas preguntas y sus posibles respuestas, e implicaciones.

Primeramente, y viendo los anuncios y ofertas en piso de venta, si podemos detectar un precio menor, que va desde un 15% a un 25%, entre modelos que se pueden decir similares a otras marcas japonesas, coreanas y americanas.

Cosa que definitivamente es un aliciente para su compra. Sin embargo, el consumidor mexicano ya ha tenido algunas malas experiencias con modelos chinos en el pasado (FAW – Elektra), y ha aprendido a desconfiar de ese atractivo. Esto, aun considerando que, como no son fabricados en México, pagan un 20% de impuesto de importación, cosa que si deja una duda razonable sobre su verdadero valor.

Ahora bien, la estrategia que estas empresas están utilizando para evitar el pago del este impuesto del 20% es, traer el auto semi ensamblado para que pague menos impuesto en partes, algo así como un 10% a 12% de su valor.

Pero aún en este caso, es un porcentaje importante del costo del vehículo, ¿no creen? Sin embargo, este ensamblaje “light”, no les da la categoría de “fabricado y ensamblado” en México, pues para ello, deberían invertir por lo menos 100 millones de dólares en una línea de producción de mínimo 50,000 unidades al año (según el Decreto Automotriz). Pero no lo van a hacer, pues sus ventas actuales no rebasan las 7,000 unidades anuales por marca, en el mejor de los casos.

Y es aquí donde la pregunta que aflora es, ¿por qué no ponen una línea de producción, como la que pide el Decreto Automotriz, y exportan a EU, como lo hizo KIA? Y la razón es muy simple, sus vehículos no pasan las pruebas de la Agencia del Medioambiente (EPA) ni del Departamento del Transporte (DOT) de ese país.

O sea que no pasan las pruebas medioambientales ni las de seguridad en la carretera que piden el gobierno de EU. ¿Y entonces? ¿Por qué se venden libremente en México? Pues, porque las normas mexicanas son muy laxas y en algunos casos inexistentes en esta materia.

La NOM 194 es la que se observa en materia de seguridad en vehículos de menos de 3,857 kilogramos, que es el caso de la mayoría de los vehículos de pasajeros, y esta norma no contempla las pruebas de impacto, ni destructivas, en los vehículos. Las marcas que actualmente se fabrican en México, VW, Toyota, Nissan, GM, Kia, etc. sí pasan estas pruebas, porque así lo piden en EU, y como una buena parte de la producción de México va a ese mercado, pues es a fuerza. Pero en el caso de los vehículos chinos, no se observa dicha norma americana, pues no van a ese mercado. Entonces, aquí ya vamos viendo una posible razón del precio económico de dichos vehículos. Claro está, cualquier problema resultante de la omisión de este tipo de pruebas no lo veremos hasta que suceda un accidente, y resulte que la bolsa de aire de uno de estos autos no abrió. ¡Ups!

Por otra parte, no dudamos que las fábricas chinas puedan ser extremadamente eficientes, y tecnificadas, pero al final, todo eso tiene un límite en el tema de costos, y ese límite no puede dar ahorros del 15% o 25% (o más si consideramos el impuesto).

Digamos que, las otras marcas ¡no se están chupando el dedo tampoco! Entonces, volvemos al caso de las normas de seguridad y medioambiente que ya comentábamos anteriormente, como una posible causa del bajo precio.

La otra estrategia, penetrar en el mercado mexicano con precios bajos para hacer presencia. Pues sí, y suena muy al estilo chino, pero me extraña que los otros fabricantes ya establecidos en México no hayan puesto el grito en el cielo con el gobierno.

Quizás por las bajas ventas que los autos chinos han tenido, y que definitivamente van a otro segmento del mercado. Pero tal vez, en el futuro veremos el reclamo de las marcas que tienen grandes armadoras en México, sobre todo, si las ventas de dichos vehículos empiezan a repuntar en los próximos años.

En el caso de las especificaciones técnicas, y sobre todo en el equipamiento con que vienen estos autos, pues sí que tienen un verdadero téte a téte con las otras marcas. Elementos electrónicos, bolsas de aire, frenos, video cámaras, etc. hacen una oferta interesante.

Aunque habría que considerar las refacciones y mantenimientos como un factor, pues no sabemos qué tan fácil será comprar sus autopartes, sus precios, y que los mecánicos sepan cómo meterles mano a los vehículos para un mantenimiento, o el remplazo de una parte importante del vehículo por un accidente.

Digamos, no todas las reparaciones irán a agencia, ¿verdad? Son estas cosas las que también pesan a la hora de tomar una decisión de compra.

En resumen, los autos chinos que han llegado a México si hacen voltear la cara a la hora de buscar un auto nuevo, sobre todo en el mercado del sector de los ingresos “medios-bajos”. Pero vale la pena hacer el análisis y evaluar los “pros y contras”, antes de decidir hacer la adquisición. Como diría mi madre, ¡no todo lo que relumbra es oro, ni todo el monte es orégano, mi hijito!

Consultor en Comercio Internacional e Inversión Extranjera, con más de 40 años de trayectoria en los sectores privado y público.
gcanales33@hotmail.com gc@nais.mx

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