a Q-School del PGA Tour es la puerta de la ilusión, una muy difícil de abrir, pero —en caso de lograrlo— cambia vidas. Concluida la primera etapa del proceso, jugadores mexicanos mantienen el sueño de llegar al circuito más competitivo del mundo. El capitalino Sebastián Vázquez, el poblano Jorge Villar y el hidalguense José Cristóbal Islas, avanzaron a la segunda fase.

El formato de la Q-School es muy riguroso. Consta de cuatro etapas (preclasificación, primera, segunda y final) y sólo cinco jugadores alcanzan el premio mayor: Una tarjeta del PGA Tour.

Antes de llegar, los clasificados deberán superar la segunda etapa, programada del 2 al 5 de diciembre en cinco sedes simultáneas (Alabama, Arizona, Florida y dos en Georgia). En cada campo, participan alrededor de 150 jugadores, de los cuales sólo una fracción avanzará a la cita decisiva en Florida, junto con los profesionales que ya tienen su lugar asegurado. La etapa final se disputará del 11 al 14 de diciembre, en el TPC Sawgrass–Valley Course, en Ponte Vedra.

Para México, el camino del Q-School no es desconocido. Hace apenas dos años, el veracruzano Raúl Pereda obtuvo su tarjeta del PGA Tour a través de este mismo proceso. En 2025, los ya clasificados a la final, gracias a su regularidad en el Korn Ferry Tour, Álvaro Ortiz y Roberto Díaz, esperan acompañar a Vázquez y Villar.

El Q-School ha sido, históricamente, la cuna de múltiples figuras del golf mundial. Por sus rondas pasaron nombres como Billy Mayfair, cinco veces campeón del PGA Tour, así como Lanto Griffin, Hayden Buckley y Takumi Kanaya.

El proceso clasificatorio también vivirá un cambio clave este año: En caso de paridad por el quinto y último lugar que otorga la tarjeta del PGA Tour, se disputará un desempate hoyo por hoyo.

Esta modificación llega tras los ajustes anunciados por el PGA Tour en su estructura competitiva, reduciendo el estatus exento de los 125 primeros a los 100 mejores del ranking en el FedExCup.

La etapa final no sólo repartirá membresías para el PGA Tour 2026, sino que definirá la elegibilidad en el Korn Ferry Tour y el PGA Tour Américas, consolidando su papel como un trampolín esencial para las nuevas generaciones.

Para Vázquez, Villar e Islas, la travesía apenas comienza. El siguiente paso será mantener el temple y la consistencia frente a una presión que no admite errores. El sueño es claro: Sumarse a la corta lista de mexicanos que han transformado la Q-School en el punto de partida de su historia dentro del golf profesional.

Ramón Treviño

Editor GOLF SHOT

@ramontrevinof

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