Estoy emocionada de contarles sobre una nueva etapa que estoy viviendo en el golf. Los últimos dos años fueron difíciles en mi carrera. No sabía cuál sería el siguiente paso. Al llegar a un estado de desgaste físico, mental y emocional, y enfrentar algunos temas de salud, decidí —y me aconsejaron— tomarme un tiempo fuera de los torneos, para poder resetear mi sistema.
Durante ese tiempo, seguí conectada al golf, pero alejada de lo que había sido mi vida los últimos 12 años (viajes constantes a torneos). Gracias a mi familia, amigos y entrenador, trabajé con personas que me ayudaron a sentirme mejor, sobre todo con un psicólogo que me apoyó en la parte mental y emocional, ayudándome a identificar de dónde venía el cansancio y la sensación de estar desorientada.
Dejé que los resultados poco satisfactorios dictaran mi imagen y me hicieran resentir el golf, que siempre ha sido mi pasión.
Así que, después de mucho trabajo mental, físico y de muchas personas que han creído en mí y me han apoyado, entendí que no era el golf lo que quería dejar, sino la forma en que lo estaba abordando. Decidí darme la oportunidad de regresar a jugar, pero de forma diferente, con otra perspectiva, sin enfocarme únicamente en los resultados.
En esta nueva etapa, decidí venir a jugar la gira europea, de la cual me habían hablado mucho y me decían que era un buen lugar para competir.
El factor más importante fue darme permiso para reconectar con mi pasión, que es jugar, aunque muchas personas no lo vieran así. Y con esta nueva forma de jugar, y sintiéndome rodeada, llegó mi primera victoria en este lado del mundo.
Se dio en Ávila, España. Fue un día súper especial, mi cumpleaños... De esos que no te esperas. Sentía que venía jugando bien y, de repente, las cosas hicieron clic: En los segundos nueve hoyos, hice seis birdies, que me llevaron a empatar en primer lugar. Esperé casi dos horas a que terminaran las demás jugadoras para saber si habría desempate.
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Pasaron dos horas y, en efecto, salimos tres jugadoras por el título. Fue muy especial sentir el apoyo de Fer Lira y mis amigas españolas en el desempate, con quienes compartimos un Airbnb de ¡13 personas esa semana!.
La gira aquí es muy diferente, conlleva mucha más logística y adaptación, ya que cambias de país casi cada semana y, en muchos casos, no entiendes el idioma.
Quedan muchos eventos en el año. Estoy muy emocionada de continuar la experiencia y disfrutar mi conexión con el golf, la alegría de jugar y todo lo nuevo. Lo que me ha enseñado esta experiencia es: Creer en ti, en tus sueños; no pidas permiso —más que a ti misma—, ni te ajustes a expectativas externas que no vibren con esa parte de ti que te dice “sí, es por ahí”. Y teje una red de apoyo muy fuerte.
Alejandra Llaneza
Golfista profesional mexicana
@alellaneza