San José, Costa Rica.- ¿Ustedes creen que el hijo del Chapo” hubiera confesado el secuestro del “Mayo”, en la procuraduría de Sinaloa? ¿Qué creen que pasaría? ¡Exacto! Removerían al fiscal y acusarían a los policías que le atraparon. ¿Creen que el hijo del “Chapo” declaró ante un juez electo por el pueblo, y enlistado en un acordeón que votaron los norteamericanos? ¿Creen que aquí estaría detenido, después de que el presidente escritor, en un acto de “grandeza”, saludó a su abuelita en Sinaloa?

Nuestro sistema de justicia se pudrió. Carece de lo esencial para que los ciudadanos —responsables o inocentes— confíen en ella: no tiene autoridad. Tiene ventanilla para comerciar asuntos. Muchos jueces electos con el nuevo mecanismo obradorista del acordeón venden, literalmente, sus fallos. ¿Qué imparcialidad o profesionalismo puede gozar su actuación? ¿Qué pacificación pueden dar sus sentencias?

A México le decapitaron a sus jueces. La única justicia temida y respetada es la de otros países, la internacional. ¿A quién le teme más el pederasta líder de la Luz del Mundo, Naasón Joaquín, a un juez de Jalisco, corrompible por sus huestes morenistas, o al que lo tiene en una cárcel de California? En quién confiaría más Usted, para inculpar al asesino del exalcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ¿en un juez de Michoacán de tómbola o en el que metió a la cárcel a Genaro García Luna? ¿A quién le tienen pánico los gobernadores morenistas de Tamaulipas, Baja California, Sonora, Sinaloa, Tabasco, a la fiscal de los Estados Unidos de Norteamérica, Pam Bondi, o a la fiscal de los Estados Unidos Mexicanos, Ernestina Godoy? A los mexicanos sólo nos resta la justicia internacional.

Y que no venga AMLO, con su discurso patriotero, de falso nacionalismo, gritando “soberanía”, “soberanía”. No. La auténtica soberanía está en un hospital PÚBLICO lleno de instrumentos de calidad y medicinas para rescatar a un enfermo, o en una escuela PÚBLICA que arranque a los jóvenes de la ignorancia y les dé futuro en libertad, sin servidumbres patronales o gubernamentales. La justicia empieza a privatizarse silenciosamente con las “mordidas” para trámites, turnos, peritajes, fallos. Las sentencias son al mejor postor, y como la salud y la educación, serán para quienes tienen dinero.

Por eso, la nueva justicia mexicana (la que se aprobó por Morena recientemente, en sus jueces inexpertos y su amparo de cartón), debe ser revisada por jueces internacionales. Debe pasar el examen del estándar internacional; de lo que México, soberanamente, firmó y se comprometió a cumplir con otros países. México firmó el Pacto de San José que obliga al Estado a tener un recurso judicial efectivo, y la Corte Interamericana puede supervisar el cumplimiento de sus sentencias, “cuando lo considere pertinente”, y convocar al Estado y a las víctimas.

México engañó o timó a la Corte Interamericana con las modificaciones constitucionales y legales, que reformaron al poder judicial, a la ley de amparo y borraron la línea que divide el poder civil del militar, que le ordenó ese tribunal internacional.

Con qué cara van a rogar suscribir un pacto comercial con Canadá y Estados Unidos, la renegociación del TMEC, si el gobierno de Morena no da garantías de cumplir su palabra ni interna, ni externamente. AMLO amenaza con regresar a las calles si se atenta contra la “soberanía”, esa de pacotilla, que sirve para escribir libros y dar de comer a gallinas cobardes y pavorreales soberbios.

Diputado federal

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