Cómo se apaga lentamente la vida es el guion de la película escrita por László Krasznahorkai y realizada por Béla Tarr, en “El Caballo de Turín”, película premiada en Berlín allá por el 2011.

La película se mueve con aquel famoso episodio de la vida del filósofo Friedrich Nietzsche, donde, en Turín, en 1889, el autor de “Así habló Zaratustra” con apenas 45 años, sale de su casa y ve un hombre golpeando a su caballo que se resiste a caminar. Nietzsche defiende al caballo, lo abraza y llora. Nunca más vuelve a pronunciar una palabra. Origen de la tragedia personal nietzscheniana, quien después de un peregrinar en clínicas en Basilea y en el manicomio de Jena, muere en Weimar a donde lo traslada su hermana Lisbet, más de 10 años después de comprender el dolor de aquel caballo. Nunca más recobró la razón. Final humano, demasiado humano, como la obra de Krasznahorkai.

Pero a László Krasznahorkai no le importó la suerte del escritor de “El Anticristo”, sino la del caballo. ¿Qué fue de la vida de ese equino? Y lo sigue Béla Tarr con un manejo extraordinario de luces exclusivamente blancas y negras. Una casa pobre en medio de la nada, con un hombre y una mujer asomados en la ventana viendo la existencia pesada y lúgubre, poca comida, poca luz, poco fuego, poca agua, mucho viento y frío, una botella de aceite, una lámpara, una monótona y cotidiana foto que donde todo se apaga lentamente, todo se consume escena tras escena. Nada mueve la apatía, ni la llegada de un tercero a decir que todo desaparecerá. Agonía terminal. Incluso del caballo (que al parecer es yegua), que se niega a beber y a trabajar. Poco a poco, todo llega a su hora, el tiempo del fin. Hasta que el hilo de luz de una vela muere. Todo queda en oscuridad, como la vida de Nietzsche después de abrazar al jamelgo en Turín. Reflejo de la vida. Fotografía de la existencia. Retrato del nuevo premio nobel de Literatura, 2025. Existencialismo menguante. Cita con final de la vida. Ese es “El caballo de Turín” de László Krasznahorkai. La academia sueca premia un pensamiento realista, existencialista, meláncolico. Que sólo tiene una certeza: finalizar, yacer, fallecer, morir.

El nuevo galardón mundial en Literatura quizá sea un reflejo de una época planetaria donde la convivencia se hunde lentamente. La obra de László Krasznahorkai, es la letra de la supervivencia, de la vulnerabilidad hecha arte. La moral de la desesperanza.

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