Seguimos sin técnico nacional, 17 días después de la vergonzosa participación en la Copa América.
Fuera Jaime Lozano, no hay todavía certeza de quién tomará el lugar que —literalmente— está en llamas.
El nombre de Javier Aguirre aparece, sobre todo en la mente del Comisionado Presidente... Es una obsesión del señor Bomba Rodríguez, porque es su gran amigo y el entrenador que va a salvar el fallido proceso al Mundial 2026.
No hay todavía nada cerrado con el Vasco, en especial el siempre bravo asunto del dinero y otros temas, como la conformación de su cuerpo técnico y el cumplimiento de caprichos, como el de mover a Duilio Davino, el actual director de Selecciones Nacionales.
Mientras el comisionado Juan Carlos Rodríguez reza para que Aguirre acepte la propuesta, el estratega sigue con dudas.
Don Bomba está seguro de que el indicado es Javier.
El futbol mexicano no sé si esté tan convencido de una tercera etapa del técnico al frente de la Selección Mexicana, porque sabe hasta dónde llegan sus posibilidades.
Soy de la idea de que esta mediocre generación de futbolistas necesita algo más que un tipo que les ponga la soga al cuello para que se disciplinen.
Requieren un plan llevado por un gran líder, que les haga cambiar radicalmente su postura timorata, mediana, comodina, resignada y todo lo que tú quieras agregarle.
A menos de dos años de la Copa del Mundo, México atraviesa por un estado crítico: Los que dirigen no saben y los que juegan, andan perdidos.
Es urgente encontrar estabilidad, porque se viene el tiempo encima.
Es patético que en este proceso se vaya a tener tres entrenadores, aunque nada que sorprenda para una Selección que hoy es de las peores del mundo.
@elmagazo