En febrero, la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de México publicaron sus informes semestral y trimestral sobre su política monetaria (ver y , respectivamente), de cara a las condiciones inflacionarias y de comportamiento económico de los respectivos países. Estos informes contienen información muy detallada sobre las economías y llegan en un momento en que la sociedad de Estados Unidos y, con ella, las del mundo, están siendo sacudidas por el vuelco neofascista del segundo gobierno de Trump, que ha introducido una enorme incertidumbre, política y económica, sobre el comportamiento de las economías, incluida la suya. Resalta el pronóstico de la evolución del producto interno bruto: en Estados Unidos la Fed prevé que caería paulatinamente de un 2.5% anual en 2024 a un 1.9% en 2027. En México, Banxico pronostica un 2025 con un crecimiento incierto en el intervalo de entre -0.2 y 1.4%, y un pronóstico puntual de 0.6%.

En este marco la tarea de reducir la tasa de inflación mediante la fijación de tasas de interés objetivo parece complicarse. Las tasas de inflación anual de 3% en Estados Unidos y 3.6% en México siguen por encima de las metas inflacionarias respectivas de 2 y 3%. En ambas economías, la tasa de crecimiento de la llamada inflación subyacente (no volátil) se ha estancado arriba de esas metas. Por otro lado, el nivel de las tasas de interés es una variable fundamental para desalentar o estimular el ahorro y el crédito y las actividades económicas. Las tasas de interés reales (la diferencia entre las tasas de interés nominal anual y la tasa de inflación anual) elevadas incentivan el ahorro, pero inhiben la inversión y el consumo basados en crédito.

Para las dos economías, se presentan movimientos cíclicos de la tasa de interés objetivo que siguen con retraso los vaivenes inflacionarios. Un ciclo comenzó a mediados de los años 2010s, tanto en México como en Estados Unidos, con el alza continua de la tasa objetivo. En noviembre de 2015, la tasa de interés real objetivo era menor a 1% en México y en Estados Unidos de casi -4%. La nueva caída de las tasas objetivo inició a mediados 2019 (cuando las tasas reales alcanzaron 5% y 0.6%, respectivamente). La caída se mantuvo pese a la pandemia, entre otras razones para mantener la actividad económica: en México hasta mediados de 2021 y en Estados Unidos hasta principios de 2022 (las tasas reales habían de nuevo caído a -1.9% y -7.4%, respectivamente).

El nuevo ciclo de alza, imperioso por el desborde de la inflación (alcanzó tasas de crecimiento de más de 8%), fue muy pronunciado. En México, la tasa objetivo aumentó a 11.25% en abril de 2023-febrero de 2024, lo que implicó, tasas de interés reales cercanas a 7%. En Estados Unidos la tasa objetivo se mantuvo hasta agosto del 2024, con lo que se observó una recuperación de la tasa de interés real a 2.8%. El ciclo de baja ha continuado, pero al momento, dada la situación de Estados Unidos y las implicaciones internacionales, los bancos centrales están reticentes a seguir bajando la tasa de interés, pese a que las perspectivas de crecimiento económico, especialmente en México, recomendarían hacerlo.

Profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, e integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Política y Social, CACEPS,

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