Hace unos días presenciamos una escena ridícula, absurda y profundamente injusta; la encerrona publicitaria que el habitante de la Casa Blanca le organizó al Presidente de Ucrania, Zelenski, que nos hizo recordar otros hechos históricos, vergonzosos y prepotentes, así como las consecuencias que tuvieron a la larga: la bofetada que Napoleón le propinó a Pío VII por negase a divorciarlo de Josefina y que, a pesar de su poder y fatuidad, terminó derrotado y confinado en una isla; los Tratados de Múnich con los que Alemania dio a elegir al gobierno británico entre el deshonor y la guerra, prefiriendo estos la guerra; el pacto germano-soviético que aceptaron los jerarcas de la Unión Soviética pensando que con eso pacificarían al monstruo nazi, pero que finalmente los atacaría y les ocasionaría más de 20 millones de muertos.
En estas circunstancias tenemos que recordar las sabias palabras de Miguel de Unamuno sobre la diferencia entre vencer y convencer: “Se puede vencer si se tiene la fuerza bruta, pero para convencer hace falta la razón y contar con el derecho”. Donald Trump nos mostró que, además de su talante grotesco, carece de razones y no le importa el derecho; evidentemente, a la larga esto se revertirá en contra de él y de su país que, inconcebiblemente y en un alto porcentaje, coincide con su manera de pensar y de actuar.
Al mismo tiempo, es encomiable la actitud del presidente ucraniano; no perdió los estribos, mantuvo la presencia de ánimo y no dejó salir la furia que, evidentemente, debía de tener dentro de sí, para expresarle a su presunto anfitrión lo que pensaba.
Esta altura de miras patrióticas se confirmó unos días después en la reunión celebrada en Londres, donde los líderes europeos le dieron su apoyo y, seguramente, lo convencieron de enviar esa carta conciliatoria, a un individuo que carece del mínimo talento para establecer una conversación de altura.
A pesar de lo negro del panorama, solo nos queda desear, de todo corazón, que el pueblo ucraniano pueda salir delante de este embate absurdo y sin sentido.
Profesor Facultad de Derecho, UNAM