Decía el filósofo danés Kierkegaard que “la vida se vive hacia adelante, pero se comprende hacia atrás”, y vaya que tenía razón, porque —en ocasiones— nos deslumbramos de cara al futuro, ante oportunidades tentadoras, pero sin analizar las formas en las que dejamos el pasado, sólo por alcanzar objetivos deslumbrantes.

Hace pocos días, el director técnico Martín Anselmi dejó a Cruz Azul vestido y alborotado, luego de un estupendo año al frente del equipo, en el que logró identificar a su afición y hacerse querer de manera auténtica. La llamada Máquina es un equipo que, al carecer de figuras, de leyendas representativas y de títulos más o menos frecuentes, a menudo contrata por urgencia, sin realmente analizar y comparar. Cruz Azul y su gente resultaron presa fácil de un entrenador muy joven, muy capaz y hasta exitoso en poco tiempo, pero sin escrúpulos.

Anselmi no hizo nada inédito y, por el contrario, realizó una práctica cada vez más común en México: Aprovechar su paso por nuestro país para buscar su contratación en alguna otra Liga que le seduce, mediante una cláusula de rescisión que le permitía emigrar, en este caso, a Oporto. Quizá con el antecedente, pocos meses atrás, de Fernando Gago con las Chivas, en su fuga hacia Buenos Aires, Martín pensó que la inmediatez de las noticias cotidianas pronto esfumaría su recuerdo del enojo en la afición azul, al emplear el mismo método que su compatriota: “No comparto información con mi directiva, con mis jugadores y tampoco hago una conferencia de prensa o comunicado”... Pese a sus estudios en periodismo deportivo.

“La forma es fondo”, se dice dentro de la política, y aplica dentro del periodismo, la dirección técnica y el futbol. Con la partida de Gago, antes la de Fernando Hierro (también de Chivas), la de Mohamed en Pumas, los escándalos que Siboldi sufrió y este último e inconcluso episodio de Anselmi, cabe aquí recordar que no son las terminaciones de contratos o ciclos los que desatan polémica y críticas, sino la manera incorrecta de llevarlos a cabo. Todos tenían la facultad de terminar sus relaciones laborales, o los clubes con ellos, pero la forma de llevarlo a cabo es, en definitiva, el fondo de la reputación.

Martín Anselmi llegó a Portugal y, en su presentación, aprovechó para despotricar contra Cruz Azul, en una clara defensa de su honor. Al día de hoy, nadie vio la famosa cláusula que indica el monto que Porto debía pagar por llevarse al entrenador, y sabemos que la institución cementera ha tenido sus múltiples polémicas legales y escándalos. Lo cierto es que, en su debut como director técnico del Porto, en la Europa League, derrotó (0-1) al Maccabi Tel Aviv y con eso logró su pase.

Nadie quita a Anselmi su derecho a vivir la vida hacia adelante y perseguir sus metas, pero conviene aconsejarle que, si las salidas de sus dos últimos clubes fueron muy poco claras, debería comprender, y muy seriamente, lo que ha sucedido hacia atrás, donde sus formas no tuvieron fondo.

@felixatlante12 @felixunivision12

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS