“Esto de la portería es muy fácil [me dijo un entrenador, muy al inicio de mi carrera]: Las que van para adentro, sácalas... ¡Y las que van para afuera, no las metas!”. Cada vez que dejaba una pelota viva en el área, recordaba a aquel profesor veterano que fue un gran defensa, pero nunca jugó de portero. Razón no le faltaba.
Y es que hay errores en la portería que uno entiende como “normales”, pero hay otros que, por más que le demos vuelta, no encontramos explicación. El verdadero problema se da cuando se juntan varios factores: Partido de local, minutos finales, gol que da la ventaja al rival e imposibilidad de reacción para el propio equipo. Derrota consumada que, además, recordará en redes sociales fallas anteriores.
La decisión de esta semana no es fácil: ¿Respaldar a quien tuvo un enorme error en los últimos minutos, que ocasionó la derrota, o depositar la confianza en quien prácticamente sigue siendo un novato y no convenció del todo?
Vaya problema que tiene el director técnico Martín Demichelis para este domingo, en su última oportunidad de seguir con vida en el torneo... Y de seguir con vida en su propio puesto, tan cuestionado y tan lejos del nivel que exige un plantel como este Monterrey.
Independientemente de la decisión de Demichelis, es importante compartir aquí lo que vive el exportero de Boca Juniors Esteban Andrada, tras lo sucedido en esa última jugada contra Pachuca. Justo en el momento que Salomón Rondón aprovechó el rebote que dio y el balón entró, una sensación caliente invadió el cuerpo del arquero argentino, seguida de un repaso minucioso del disparo de Idrissi que probablemente ni siquiera llevaba dirección de gol... Una secuencia mental que le lleva a comprobar que debió meter las manos de diferente manera, una reflexión que apachurra, mientras escucha los gritos de rechazo hacia su persona, pero que apenas finalice el partido, se convertirá en ferviente deseo de revancha lo antes posible.
La fortaleza mental de un arquero, luego de cometer una falla que va directamente al marcador, es indispensable para la recuperación que sólo él podrá lograr. Dentro de las 13 cosas que las personas mentalmente fuertes NO hacen, la psicóloga y escritora Amy Morin destaca las siguientes en su libro: No temen arriesgarse y no se rinden tras un fracaso.
Decía Kiyosaki que quien evita el fracaso, también evita el éxito. Muchas personas se rinden porque tienen una mentalidad fija de sus capacidades y no creen que tengan control sobre su nivel de habilidad. “Los fracasos pueden ayudarte a identificar las áreas de tu vida que necesitas reforzar, así como las fortalezas escondidas... Puedes descansar seguro de que, con cada fracaso, te vuelves mejor”, escribe Morin.
Esto de la portería es muy fácil, dicen por ahí. Demichelis tiene en sus manos la decisión acerca de su portero titular en esta etapa determinante, pero —si no acierta— será tan catastrófico como meter uno de esos balones que iban para afuera, pero esta vez sin posibilidad de revancha.
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