Carácter, le llaman. Ahora resulta que dar patadas, golpes, empujones y hacerse expulsar, significa tener carácter, y hasta personalidad.
No señor. El orgullo no se demuestra con rudeza, sino con entereza... Tener hue... no es actuar con violencia, sino con inteligencia... Y la dignidad nada tiene que ver con brusquedad, sino más bien con serenidad.
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Mucho se discutió, tras la paliza que recibió México de Estados Unidos, acerca del carácter que mostró o debió mostrar la Selección en Las Vegas. Con todo perdido, los futbolistas mexicanos no encontraron mejor manera de frenar el papelón que con golpes y tarjetas rojas.
Hacerse el malo y disfrazar las agresiones de “carácter” y personalidad... Parece que de eso se trataba. Es cierto, todo atleta de alto rendimiento es extremadamente competitivo y odia la derrota, pero eso no significa ser un mal perdedor y ensuciar aún más el propio fracaso con manifestaciones inequívocas de ardor, que transgreden las reglas sin la menor discreción. Seguir su propio camino sin escuchar y ondear la bandera de rebelde a nombre de todo el país... ¿Habrá algo menos patriótico en una cancha de futbol?
Tras el papelón de México, las dos tarjetas rojas (Montes y Arteaga) y los múltiples jalones, golpes y empujones que no fueron castigados (entre ellos la playera destrozada de McKennie a manos de Sánchez), decidí medir la temperatura en redes sociales sobre las reacciones tricolores, durante el juego, aunque ya en la inminente derrota.
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Para mi sorpresa, existe un sector que justifica la agresión y que hasta considera un instinto golpear a quien te vence con toda claridad, y además lo celebra. ¿Por qué? Para que al menos se lleve un recuerdo por varios días o una cicatriz permanente. Pero por si esto fuera poco, el público también decidió participar esa noche con su cuota de indisciplina y obligó a que el juego terminara antes de tiempo por el reiterado grito de: “¡Pu...!”.
Representar a una Selección Nacional es, les guste o no, representar a todo un país. Se canta el himno, se muestran los colores y las banderas de la nación. Símbolos patrios. Por lo tanto, se adquieren un compromiso y una responsabilidad muy diferentes y mucho más estrictos. Al vestir la playera de un país, automáticamente se incluye el conocimiento de una imagen y de un estricto reglamento que todo futbolista debe conocer.
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En tiempos de discriminación, racismo y agresiones dentro del futbol, es imposible tolerar la generación de violencia desde quienes deben ser ejemplo de cordura, lealtad y sana competencia, independientemente del resultado.
Tener carácter significa pelear y dar importancia a cada una de las jugadas, tener carácter no significa ganar cada vez que se compite, pero sí asumir la derrota con toda humildad cada vez que se pierde, y nuestros representantes nacionales estuvieron muy lejos de hacerlo contra Estados Unidos.
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