“A donde fueres, haz lo que vieres”, dice el dicho tantas veces ignorado, aunque también muy acatado. Respetar hábitos, leyes y costumbres facilita la integración a una sociedad, pero muchas veces el individuo suele aprovecharse de la flexibilidad o aparente relajación que muestra una comunidad para sentir que, sin consecuencias, se puede pasar por encima de la ley.
En enero, Rodrigo Huescas, futbolista mexicano del FC Copenhague, de 21 años, manejaba a las 4:40 am a 100 kilómetros por hora, en una zona costera de máximo 50, lo que es catalogado como “conducción temeraria”. Después de algunos meses en el país, consideraba que no era necesario tramitar la licencia de manejo danesa, lo que comenzó a agravar la infracción. Su permiso mexicano le fue confiscado, lo mismo que su auto y se le estableció una multa de aproximadamente mil dólares. Pero lo que tiene preocupado a su club, a su afición y a él mismo, es la condena de 20 días de prisión incondicional que determinara el Servicio Correccional... ¿Cómo es que se cumplirán? De hecho, Huescas se salvó de ser expulsado del país.
El mexicano cruza la frontera hacia el primer mundo y de inmediato se alinea a las leyes... O el mexicano cruza la misma frontera y, al darse cuenta de lo aparentemente fácil que es infringir la ley o aprovecharse de la gente tan confiada, abusa. No sé cómo es la personalidad de Huescas, ni he visitado Dinamarca, pero es muy común que un futbolista mexicano con cierto reconocimiento, estatus y un salario nada despreciable en el extranjero, sienta que tiene una protección que el resto de la sociedad no goza. Esa misma falta en Naucalpan (de donde es originario) o en la Ciudad de México, no tiene manera de complicarse y mucho menos a ese nivel, especialmente si se trata de un futbolista de Cruz Azul.
En una muestra espontánea de apoyo al jugador, los aficionados de este popular equipo, que participó esta temporada en la Europa League, se manifestaron por cientos para exigir su liberación, bajo el marco de bengalas y gritos de: “¡Free Huescas [liberen a Huescas]!” (una vez que se supo la condena de 20 días en prisión).
Las sanciones para el lateral derecho del Copenhague pueden parecer desproporcionadas, en virtud de que no hubo ni lesionados ni accidente, pero lo cierto es que la seguridad en las calles y carreteras de Dinamarca se garantiza gracias a las duras penalidades que sufren los infractores.
A sus 21 años, Rodrigo ha vivido un poco de todo en el futbol, desde luchar para llegar a Primera División, hasta ser titular en un equipo tan importante y vestir la camiseta de la Selección Nacional. Se atrevió a irse de México, donde adquiría un prestigio considerable, en un equipo de los llamados “grandes”. Hoy, está cerca de ser campeón de la Liga danesa con el FC Copenhague y jugó Conference League, pero —mientras tanto— debe aprender una frase bíblica muy sencilla, pero muchas veces demasiado compleja de seguir para un mexicano... “A donde fueres, haz lo que vieres”... Y en Dinamarca, más.
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