Ante la anunciada reforma en materia electoral, surgen múltiples inquietudes para presentar una serie de propuestas, como las que he venido realizando, con el único objetivo de contar con un sistema electoral más equitativo, dinámico, con plena certeza jurídica, transparente y, por supuesto, con la participación de ciudadanas y ciudadanos.
Dichas propuestas, sin embargo, deben estar estructuradas y dirigidas principalmente a la ciudadanía, principal motor de nuestro sistema democrático.
En este sentido, pensemos las aristas que podrían significar la implementación del voto electrónico desde la perspectiva de las y los ciudadanos que ejercerían su derecho al emitir su voto por el partido político, coalición o persona candidata de su preferencia.
Pensemos en una ciudadana o un ciudadano ante una próxima elección tanto federal como local en donde el INE anuncia que, por primera vez en México las y los ciudadanos podrán votar bajo dos modalidades: voto con urna electrónica de manera física en las casillas electorales, o bien, por voto anticipado a través de internet. El INE tendría una enorme tarea en difundir y explicar estas modalidades.
Si una ciudadana o ciudadano vota el día de la jornada electoral se encontrará que podría hacerlo con urna electrónica que funciona de manera similar a la de un cajero automático, solo que en lugar de presentarnos opciones de retiro mostraría una o varias boletas virtuales incluso con la fotografía de las y los candidatos. Así, con un simple tacto en la pantalla touchscreen el voto sería emitido; si la ciudadanía equivoca su opción del voto tendría otra oportunidad para decidir si es la opción correcta o no, o bien, la pantalla le mostraría, por ejemplo, en caso de coaliciones, que no es válida la opción registrada. La ciudadana observaría incluso que el voto sería más rápido, entre otras bondades.
Si una ciudadana o ciudadano conoce que podría votar anticipadamente, supongamos una semana antes y hasta el día de la jornada electoral hasta las 18:00 horas en que cierran las casillas electorales, es muy probable que experimente el beneficio de votar desde una computadora fija, una laptop, una Tablet o simplemente desde su teléfono celular con las claves de acceso y verificación que el INE le haya proporcionado en su oportunidad. De hecho, el voto por internet se implementa desde 2021 para las y los mexicanos que residen en el extranjero; en la elección de 2024, de tres modalidades de votación: voto postal, voto presencial en consultados y el voto por internet, el 70% prefirió votar por esta última modalidad.
Seguramente, la ciudadanía quedaría asombrada de ver que en la noche del mismo día de la jornada electoral el INE estaría dando los resultados de la elección, incluso si son concurrentes, es decir, elecciones federales con las elecciones locales; se asombraría en conocer el porcentaje de participación por género, y si ambos sistemas lo permiten, se podría dar incluso, por rangos de edad, que segmentos de la población participaron más y cuales menos.
Me parece, a grandes rasgos, que estas podrían ser las impresiones de la ciudadanía, independientemente del trabajo realizado por el INE, de la participación de las distintas fuerzas políticas o de las sentencias que en el camino vaya resolviendo y construyendo el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Apostemos a la modernización electoral, al uso de la tecnología en beneficio de la población y en la austeridad de recursos que una inversión de esta naturaleza traería como consecuencia en un mediano plazo.
Magistrado Electoral del TEPJF