No solo ese calificativo, se le puede también considerar inaudito, increíble, además de ilegal. Me refiero a la conducta claramente antipatriótica de López Obrador, que ha ordenado regalarles dinero a los extranjeros una vez que regresen a Colombia, Ecuador y Venezuela.
Su colaboradora, o más bien ahora por estos hechos, su cómplice en esta ilegal conducta, la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena Ibarra, con experiencia diplomática destacada, ha declarado que se han firmado convenios con otros países para obsequiarles dinero, durante seis meses, a los migrantes repatriados.
Si Peña Nieto o Calderón, hubieran dictado órdenes en ese sentido tan aberrante e incongruente, se habrían presentado las protestas más enérgicas de López Obrador y toda la oposición.
Ahora lo que también resulta insólito, increíble, inexplicable, es que medios de comunicación de poca relevancia le hayan dado difusión a esta irracional orden, mientras los comentaristas más destacados de la radio y televisión han guardado un sospechoso y triste silencio.
Los calificativos aquí vertidos son producto del sentido común y de la indignación que a cualquier mexicano ha de producirle que su Presidente, como si no hubiera necesidades domésticas, prefiera a los extranjeros que a nuestros paisanos.
Lo ilegal, lo fundamento en la ley. La fracción X del artículo 89 constitucional autoriza al Ejecutivo Federal a celebrar tratados con otros países, pero exige que sean aprobados por el Senado. Eso lo sabe muy bien la bióloga Bárcena, como también sabe que no se consultó al Senado.
La fracción I del artículo 214 del Código Penal Federal tipifica el delito de “ejercicio ilícito de servicio público”, cuando se ejercen funciones sin haber satisfecho todos los requisitos legales. En este caso Doña Alicia lo hizo sin que se contara con la aprobación del Senado.
El artículo 217 del Código Penal Federal prescribe que comete el delito de “uso ilícito de atribuciones y facultades” el servidor público que ilícitamente “otorgue, permisos, licencias, adjudicaciones…” En este caso se adjudicaron y se han entregado cantidades de dinero a extranjeros sin cumplir los requisitos legales que deben satisfacerse.
Para el Presidente hay un cuento: “la ley es la ley”, su proceder lo confirma. ¿Qué pensarán sus admiradores mas entusiastas ante estas conductas antinacionales? ¿Seguirán pensando que Morena es la esperanza de México, o su destrucción? ¿Qué pensará su acomodaticio abogado Zaldívar ante todas estas violaciones?
Cambio de tema, el próximo lunes la H. Junta de Gobierno de la UNAM elegirá a un nuevo Director o Directora de la Facultad de Derecho. Terminó la brillante gestión del Dr. Raúl Contreras Bustamante.
Aquí también empleo un calificativo citado antes. Fue insólita la terna enviada por el recién estrenado Rector. Incluyó a dos maestras con todos los merecimientos, y a un académico destacado, totalmente alejado de la vida de la Facultad.
Confiamos en la Junta, para que por la tranquilidad universitaria y su progreso, nombre a la maestra con mayor experiencia y trayectoria, sin desconocer los méritos de la profesora Julieta Morales, y de esa forma sea Directora de la más importante escuela de Derecho de habla hispana: la doctora Sonia Villegas Álvarez.